Seguir los seis pasos fundamentales para dar un cambio a la propia vida te consentirá de hacer una valiente elección para iniciar un proceso de cambio en la vida.

Para darte una segunda oportunidad, desde cambiar trabajo o pareja a dar la vuelta al mundo, inscribirse en la universidad o dedicarse a obras humanitarias… las elecciones son muchas, no importa cual sea la tuya, pero, el proceso es fundamental para conseguir tener éxito en este desafío.

1. Distinguir entre malestar e inquietud

Antes de nada se debe conseguir distinguir entre un malestar existencial y una inquietud momentánea.

Si la diferencia entre las propias aspiraciones y la realidad es notable, valdría la pena analizar la propia existencia y replanificar aquello que nos descontenta. A veces la infelicidad se debe al hecho de ser poco objetivos y de no ver con claridad aquello que nos gustaría hacer o ser.

2. Reflexionar primero, planificar despues

Es entonces necesario reflexionar, dejar a un lado la inercia y realizar con decisión los cambios necesarios. Muchas veces esta simple reflexión evita hechos al azar y desilusiones. Si, en cualquier modo la decisión de cambiar radicalmente el estilo de vida queda ahí, se debe planificar muy bien.

3. Darse tiempo para conocerse bien

Se debe conceder tiempo a uno mismo para conocerse bien y comprender aquello que realmente se quiere, ponderar y madurar bien el deseo de cambiar. La ansiedad puede ser un estimulo, pero tambien puede bloquear la capacidad de pensar racionalmente. Se deve analizar a fondo los propios recursos (tanto económicos cómo sobre todo de adaptabilidad y creatividad) para estar seguros de poder afrontar bien cualquier dificultad.

4. Medir realidad y posibilidad

El proyecto viene planificado después: debe ser realista, sensato e ir de acuerdo a las propias posibilidades.

5. Afrontar los propios limites

Se deben afrontar los propios limites para no volver a caer en los errores ya cometidos.

6. Recoger información

Se debe recoger la información necesaria y posible que pueda ayudarnos a realizar el proyecto evitando que se transforme en una fantasía.

Hablar lo más posible con familia y amigos ayuda mucho: expone las expectativas y los resultados que se quieren obtener, los proyectos.

Este hablar continuamente del proyecto de cambio hará que esté adquiera cada vez más fuerza y nos permite evidenciar los posibles errores, consideraciones y posibilidades todavía no afrontadas.

El hecho que muchos intenten disuadirnos de un cambio radical, da lugar a la necesidad de crear un proyectos sólido y argumentaciones válidas.

Cambiar de vida no es una elección privada de riesgos. Darse la posibilidad de poder volver. Calcular los riesgos y aceptar la posibilidad de equivocarse, debe ser una condición indispensable para poder aprender de los propios errores, mejorando los proyectos de futuro alternativos. Se pasa así de la teoría a la práctica: armados de paciencia y perseverancia sin dejarse guiar demasiado por impulsos e improvisaciones y considerando atentamente aquello que se ha obtenido hasta ese momento, sabiendo también adaptarse bien, superar crisis y modificar los propios proyectos, sólo así se estará dispuesto a poder afrontar un cambio radical, con todo aquello que esto implica

Por  Maria Jesus Rivas