Salimos de porto sant’elpidio hacia Asís sobre las 10 de la mañana, un pueblo medieval escondido entre murallas y maleza, un lugar que parece sacado de los cuentos de “Hansel y Greatel” más que del mundo conocido.

Lo primero que hemos hecho ha sido dejar el coche a buen recaudo en uno de los parkings que se encuentran a escasos metros de la entrada. El coste por hora en días festivos o fines de semana como ha sido nuestro caso, son de 1.75 euros. Nosotros necesitábamos dejarlo seguro ya que tenemos todos nuestros enseres en el maletero.Hasta que lleguemos a Perugia no tenemos donde dejarlas, y preferimos ahorrarnos el disgusto y dejar el coche en un parking donde no nos vayan a romper el cristal como ya nos pasó en Roma.

Nada más aparcar el coche y ponernos en marcha, nos hemos adentrado por la primera calle peatonal. Esta está toda empedrada y decorada con muchas flores.

Al fondo se podía divisar la “Catedrale di San Rufino”, a la que no hemos podido evitar fotografiar con el conjunto de casas rústicas de piedra por todos lados. 

Para acceder al centro histórico las callejuelas te hacen atravesar un arco que da la bienvenida al casco histórico de la ciudad. Desde aquí una gran plaza da acceso a la Catedral de San Rufino y pegada a esta, hay un convento con una inscripción donde dice haber nacido y vivido su juventud “Santa Clara”.

 

Justo en el momento que nos ha picado la curiosidad por entrar a fisgonear dentro de la catedral, estaba realizándose un matrimonio. A parte de los asistentes de la boda, había turistas curiosos como nosotros observando y fotografiando cada rincón de este lugar sagrado. Hay frescos por todas las paredes, columnas que se elevan hacia la parte más alta del techo y esculturas de santos por todas las esquinas. Nuestra observación ha sido rápida y breve, cinco minutos han sido suficientes para seguir nuestro camino.

Tras esta visita, hemos decidido callejear y adentrarnos en la vida de los habitantes de Asis en busca de los meores rincones.

Durante esta búsqueda hemos visto desde la “Fontana di San Rufino” hasta la “Piazza del Comune di Assis”.

En esta placeta nos hemos detenido a observar la “Iglesia de Santa Maria Sopra”, en ella destacan las 6 majestuosas columnas Romanas que se alzan a su entrada.

Después de la pausa, hemos seguido caminando hasta llegar a “Basílica de San Francisco de Asís”.

Aquí hemos podido observar que aparte de turistas que la fotografiaban, había infinidad de peregrinos que se abrazaban sonrientes y satisfechos por haber llegado hasta allí caminando desde algún lejano rincón de Italia.

Este lugar no solo es un pueblo antiguo, precioso y con mucha historia, sino también una de las cunas de perenigración del mundo, algo parecido a Santiago de Compostela.

Viendo tanto peregrino se nos ha contagiado el cansancio y hambre, así que nuestra siguiente parada ha sido una pizzería donde nos hemos deleitado con unos trozos de “Pizza al Tagllo”, se llama “Pizzería da Andrea” (tres trozos de pizza y una agua, 7,30€).

Antes de comer nos hemos detenido en la “Basílica de Santa chiara”. Tras el atracón y más que satisfechos con la visita y la comida, nos hemos dirigido a Perugia, nuestro siguiente destino, allí pasaremos la noche en un lugar conocido como Artist’s house SumArteRoom, por 38 euros la noche