A las 7 en punto ya estaba en pie, aún tenía mucho sueño pero los backwaters eran uno de los tantos motivos importantes de este viaje así que desperté, me duche, desayune rápido y baje a esperar el taxi (había quedado a las 8) de la excursión que me llevaría a los backwaters.

Antes de las 8 estaba ya en el lugar, 20 minutos más sin malpensar de mi excesiva confianza en los indios hasta empezar a recordar como el hombre que me vendió la excursión (en una tienda del barrio judío de Kochin) únicamente me había escrito el número de teléfono del taxista en una servilleta indicándome que sobre las 8 el llegaría al hostal en que me hospedaba.

Comenzaba a pensar que tal vez me habían timado, por si acaso, el día anterior había sido precavido haciendo un video del señor mientras me vendía la excursión en su propia tienda, así que de no aparecer el taxista sería yo el que apareciese en la tienda del vendedor intentando que me devolviesen el dinero por las buenas o por las malas (haciendo uso del video).

Aún preocupado decidí probar el comodín de la llamada entrando en mi hostal y preguntando al jefe si podía llamar al número de la servilleta (se llamaba George). Imanuel me comentó llamaría enseguida y que conocía a George, me quede más tranquilo y tras una telefonada de la que no entendí una sola palabra colgaron y el jefe me comentó que George estaba de camino.

Tras pocos minutos Imanuel recibió una llamada y me comentó que podía ir a la carretera principal donde encontaría el taxi, me acerqué allí pero nadie me esperaba por lo que fui yo quien pregunté a cada coche parado si era el tal George, pero nada, hasta que uno de los señores a los que confundí con mi taxista se ofreció a llamar por teléfono (habían pasado otros 15 minutos por lo menos). El señor se acercó a su casa en busca del móvil, volvió y realizó la llamada tras lo que me dijo que estaba llegando y esperaría conmigo, poco más tarde el señor me indicaba que mi transporte había llegado.

La quedada fue a las 8 pero George no apareció hasta las 9, lo importante era saber que había llegado y reconocer y agradecer que en este país exista gente tan desinteresadas como el jefe del hostel o el señor que fue a casa en busca de su móvil, todo esto te hace entender que por mucha mierda que puedas ver en los suelos de este país, seguramente en Europa seamos más limpios por fuera pero aún nos quede mucho que aprender.

Una vez en el taxi, rumbo a Vaikom, así se llamaba el pueblecillo desde el que empezaría la excursión.

Había leído sobre los backwaters, una especie de canales de agua que discurren por el territorio de Kerala, la zona más conocida de Backwaters estaba en el pueblo de Allepey a la que llamaban la Venecia del sur de la india ya que, y realmente tras verlos puedo decir que la zona de los backwaters bien podría ser una Venecia en la jungla.

Nuestro gondolero

Nuestro gondolero

Partimos en canoa, a mí me tocó detrás, al lado del “Gondolero Indio”, comenzamos en una especie de lago y ya a los pocos minutos estábamos sorteando ya los pequeños canales que dan nombre a los backwaters.

Backwaters en canoa

Backwaters en canoa

A los lados, infinidad de palmeras nos rodeaban y de tanto en cuanto, casas, animales y señales de vida; señoras que hacían la colada, hombres que trabajaban la tierra, vacas, cabras, gallinas y hasta niños jugando, por haber había de todo. Cada pocos metros surcados a los lados podían verse escaleras que llevaban de los canales a las casas y, aparcadas podías encontrar gran cantidad de canoas que hacían las veces de coche.

Habitande de los backwaters observándonos con su hija

Habitande de los backwaters observándonos con su hija

Quería ver cocodrilos pero las aguas eran tan poco profundas que imagino no merodean estos canales, no tuve suerte, pero en su lugar, serpientes, una iguana, cormoranes o el mítico pájaro de la conocida (en India) cerveza india, el KingFisher, nos acompañaban en el camino.

KingFisher: El pajaro de la cerveza

KingFisher: El pajaro de la cerveza

Mujer haciendo colada

Mujer haciendo colada

Iguana en los parajes

Iguana en los parajes

Canoas en los backwaters

Canoas en los backwaters

Tras unas dos horas de paseo se hizo una pausa, los barqueros amarraron las canoas y subimos a la zona terrestre por una de las escaleras junto al que sería nuestro guía.

Vaca en el camino, ¿bajo a tocarla?

Vaca en el camino, ¿bajo a tocarla?

Parada a ver flores

Parada a ver flores

Nadie entendía el porqué de la pausa pero tampoco se podía protestar ya que el carácter de la excursión no estaba escrito en ningún folleto, así que paseamos entre la jungla siguiendo a nuestro guía.

Mujeres trabajando

Mujeres trabajando

Flores y mujeres trabajando la tierra

Flores y mujeres trabajando la tierra

Mientras paseábamos también encontramos un grupo de mujeres trabajando la tierra, el guía nos explico que trabajaban para un programa del gobierno que ayudaba a las mujeres dándoles (según su modo de ver) trabajos no demasiado duros. Me hizo gracia la ingenuidad de su comentario, más sabiendo que lo había hecho ante mujeres occidentales, solo faltaba ver la cara de alguna de las excursionistas que lo rodeaban, parecía que se lo quisieran comer.

Fue un gracioso paseo tanto para mi como para el resto de excursionistas ya que (aún no entiendo bien porqué) durante esta pausa, nuestro guía decidió hablarnos de plantas y árboles, cosa que (por las caras de la gente) creo que a pocas personas interesaba. Hablo de los cocoteros, limoneros, plataneros e infinidad de plantas o flores que encontraba a medida que avanzaba la excursión. Creo que necesitaba perder tiempo y no se le ocurrió una forma mejor de hacerlo, me hizo gracia pero también pensé (creo que no fui el único): ¡ole sus huevos! Ya que no era fácil entretener durante más de media hora a un grupo de más de 10 personas hablando de cosas que a nadie importaba, él, con su estilo indio, lo consiguió sin problemas.

Mujer trabjando la tierra

Mujer trabjando la tierra

Al terminar nos comentó que volveríamos por el camino recorrido para después ir a comer. Eran ya las 12 por lo que, sabiendo que esa noche quería estar en Varkala y a ser posible descansar, comencé a pensar cómo conseguir hacerlo lo más rápido posible.

Disfrutando del espectacular paisaje, volvimos a la zona de partida, nuevamente subimos a la furgoneta para dirigirnos a la zona donde comeríamos con lo que aproveche para preguntar al taxista si podía acercarme a la estación de buses para llegar a varkala después de comer; por suerte, ningún problema.ç

Canoas en los canales

Canoas en los canales

¡A comer!

¡A comer!

En teoría la excursión duraría unas horas más pero en parte por las prisas, en parte al reconocer que no iba ver nada diferente de cuanto ya hubiera visto, decidí optar por el plan Varkala dejando a un lado los backwaters. Si volviese a realizar esta excursión habría elegido la de medio día ya que siendo algo organizado, con eso a mi parecer es suficiente para disfrutar de las vistas y conocer esta otra realidad.

Para dirigirnos a la zona de la comida debíamos cruzar nuevamente el lago, esta vez lo haríamos en canoas más grandes.

La comida autóctona a más no poder, tanto que nos la sirvieron en hojas de bambú a modo de platos comentándonos que cada cosa la habían sacado de muchas de las plantas de las que anteriormente nos había hablado el guía.

El picante picantísimo como me gusta, arroz con verduras y diferentes especias y de postre Rice Noodels, una especie de espaguetis de arroz con un sabor muy parecido al arroz con leche, simplemente genial.

Comida en hojas de bambú

Comida en hojas de bambú

Al terminar de comer me acerqué al conductor del taxi hasta que me comentó que en nada me acercaría a una parada de bus, pocos minutos más tarde hacía allí nos dirigimos.

Llegamos al punto desde el cuál comenzaría mi camino sólo, vi que George hablaba sobre Varkala con una persona del lugar y pensé ya estaba en buenas manos, preguntaría a mi nuevo compañero donde debía esperar el autobús hacia Varkala.

Llegué a comprender, debido a la interacción inglés indio- ingles neandertal desconfiaba de haberlo hecho bien, que no existía el modo de llegar en un autobús sino que necesitaba 3 hasta Varkala y otro más hasta Varkala Beach, el primer autobús me llevaría a Vaikom (pueblo del que comenzó nuestra excursión) por lo que le pregunté si no era mejor dirigirme allí en tuk tuk, me dijo que si, me informe del precio “local” del tuk tuk y busque uno, en breve recordaría la aventura de viajar en autobuses indios (muy diferentes a los autobuses turísticos).

No sabía el tiempo que me llevaría llegar a Varkala pero debía ser rápido, tras contratar el tuk tuk nos dirigimos lo más rápido posible al siguiente destino: Vaikom. Había olvidado, pronto lo recordaría, que significaba viajar en autobuses 100% indios…¡Menuda aventura!

 

Si te ha gustado el post, tal vez pueda interesarte conocer de primera mano el viaje que reflejé en mis diarios en Aventuras en el Sudeste Asiático y la India.