A veces es sorprendente la facilidad con que podemos hacer realidad aquello que imaginamos. Anteayer estudiábamos la posibilidad de pasar la noche de hoy en un barco en el área de manglares más extensa del mundo en Bengala, esperando descubrir algún tigre y varios cocodrilos, y ahora es una realidad y me encuentro escribiendo desde una cama en la cantina de un pequeño barco amarrado al pueblo de Gosaba, punto de partida de los Sundarbans.

Sundarbans: el área de manglares más grande del mundo

Sundarbans: el área de manglares más grande del mundo

¿Conseguiriamos verlo?

¿Conseguiríamos verlo?

Creer es crear, pero a veces hay excepciones o ligeras variaciones. Pensábamos disfrutar en solitario de una experiencia nocturna en barco, pero estamos acompañados del capitán, 2 cocineros, el jefe y 2 o 3 indios más que encontraron por el camino, Si no fuera porqué conozco bien a los indios, estaría… acojonado.

La idea nació ayer en Varanasi. Nos quedaban 3 días para coger el vuelo en Calcuta hacia Bangkok y pensando en ver o conocer algún lugar especial en los alrededores de Calcuta (Bengala), sabiendo era el lugar de un famoso tigre, investigamos cuáles eran las opciones, la mejor, los Sundarbans.

Llamó mucho nuestra atención saber que esta zona posee el conjunto de manglares más grande del mundo y es conocida por poseer el mayor estuario de cocodrilos y ser el lugar predilecto del famoso tigre de bengala y la cobra real. Estas pequeñas particularidades llamaron nuestra atención y como la wifi del lugar (estando aún en Varanasi) era malísima así que, investigamos lo más rápido y mejor que pudimos el modo de hacerlo realidad.

La opción era partir desde Calcuta hasta un purblo llamado Canning en tren (más o menos hora y media) y estudiar allí las excursiones o paquetes en alguna agencia de viaje. Otra idea a tener en cuenta era que uno de los puntos de inicio de los tours era el pueblo Gosaba.

Y llegó el día, o mejor, la mañana en que empezaría la aventura.

Sobre las 11 am, tras 700 km y más de 15 horas de tren, llegamos a la estación de Howrah en Calcuta, nada más poner el pie alli observamos en nuestras capturas de pantalla) cuál era el nombre de la estación desde la que coger el tren, se llamaba Sehaltah

A las 12:10 salía el primer tren destino Canning y hacía allí nos dirigimos, no había lugar para sentarse así que lo hicimos en el pasillo, pronto disfrutariamos de uno de esos trenes indios en los que la gente se cuelga de las puertas debido a la muchedumbre, gracias a Dios el trayecto duraba poco más de una hora.

Llegados a Canning, lo que me temía, un pueblo perdido de la mano de dios y, si a eso sumas que estamos en india puedes imaginar como poco a poco empiezan a encenderse algunas alarmas. Eran poco más de la 13:30 así que por fortuna estabamos a tiempo de volver a Calcuta si las cosas no salían como previsto.

Preguntamos en varias agencias de viaje pero parecía imposible hacerse entender, precios exhorbitantes y nativos con poco conocimiento del inglés hacía apreciar que el turismo era local, bastante difícil llegar a acuerdos.

Durante esta última semana ha habído ocasiones en que me he alterado más de la cuenta, creo que me sucede cuando siento que algunas cosas se me van de las manos o creo haber perdido más tiempo del debido, y hoy, me ha vuelto a pasar.

Estaba en estas agencias de viajes y veía que tras algo más de una hora no había sacado nada en claro, me encontraba en un pueblo con pocas opciones para comer o dormir y no veía soluciones así que, sin pensarlo dos veces, me encaminé hacía la otra opción que inicialmente habíamos estudiado: acercarnos al punto de partida, el pueblo de Gosaba.

Niños jugando a futbol en Gosaba

Niños jugando a futbol en Gosaba

Mientras paseaba por el pueblo de Canning había observado una especie de estación de autobuses india, hacía allí fuimos y al preguntar por Gosaba el autobus estaba esperando y aunque algo más incómodo de lo normal era la única opción podinlr así que rápidamente subimos al mismo.

Hora y pico después llegabamos al pueblo, para nuesta sopresa (me lo estaba temiendo) aún más pequeño y escaso del de Canning. No sólo se notaba que eramos los únicos blancos sino seguramente los únicos turistas que pasaban por allí desde hace dias o semanas, rápidamente un local nos dijo él era guía de los sundarbands.

Sedientos y agotados (no habíamos comido y apenas bebido en todo el día) le comentamos que tomaríamos algo y luego hablaríamos y al acercarnos a repostar observamos una pequeña pancarta que indicaba este era el lugar de partida de los sunderbands, en esa calle dos o tres agencias de viajes más nos hacían vilsumbrar otras posibilidades. Fuimos allí a obtener (el guía local quiso acompañarnos) información.

Si en Canning noté cierta dificultad en el habla (un inglés bastante más escaso que el mio, que ya es decir), en Gosaba lo certifiqué hasta tal punto que termine jugando al Pictionary con ellos para hacerme entender. Al comprender que no se enteraban de nada de cuanto les comentaba decidí utilizar un bolígrafo que se encontraba en el mostrador y dibujar aquello que yo quería indicarles…

Barca, personas, flecha de entrada en barca y un +2. Con esto les indicaba nosotros buscabamos barco compartido no barco privado cuyo coste era 5 veces más alto, por fortuna parecieron comprender, digo parecieron porqué nos acompañaba el guía, el gerente del local y otras 10 o 15 personas que intentaban ayudar tanto al gerente de la agencia de viajes como a nosotros…aquello parecía un gran consejo de sabios.

Tras alguno de mis dibujos observé gestos de admiración y algunos de afirmación, noté cómo finalmente comprendían aquello que yo quería decir con palabras. Afirmaciones, gestos de sorpresa, y los precios comenzabana a bajar, pero aún, se alejaban de lo que Vicky y yo estabamos dispuestos a gastar así que seguí intentándolo, quiero decir, dibujando…

Me comentarón existían costes de visado (por la exclusividad del lugar), costes de gúia, comida, y barca, tras hacerme notar el precio de aquello era X yo lo acepté y cogiéndo nuevamente el boli les expliqué que Y (precio que yo estaba dispuesto a pagar) – X (gastos de visa, barco y guia) era igual a Z, importe bastante aceptable si teníamos en cuenta los precios en india para una noche y un día…

Nuevamente afirmaron observandome como si hubieran descubierto en mi una especie de genio o chamán, sonrieron y realizaron algún que otro comentario, bajaron ligeramente el precio pero nuevamente sin llegar a cuanto estabamos dispuestos a gastar…

Sin más opciones y sabiéndome un pro regateando tuk tuks no dí mi brazo a torcer y les agradecí la media hora de esfuerzo y comprensión (nos regalaron hasta leche de coco para hidratarnos).

A los pocos metros de separarme del grupo (sucede siempre que intentas regatear), uno de los ayudantes de aquella larga e infructuosa conversación nos preguntó cuál era el precio final que estabamos dispuestos a pagar., diciendonos que por ese precio podría conseguirme su barco, cena noche privada en el barco y durante el día visita a los sunderbans, el santuario d cocodrilos y el bosque salvaje.

Volví a regatearle levemente (ya no teníamos tantas opciones y se acercaba la noche) y finalmente aceptamos las condiciones. Lo que no sabíamos es que la noche seguramente no sería como la teníamos planeada…

Se acercaba la noche y ya teniamos barco "privado"

Se acercaba la noche y ya teniamos barco “privado”

Al subir al barco observamos que eramos 6: el capitán, el jefe del barco (nuestro vendedor), un cocinero y un ayudante de no sé que…más nosotros 2, seis personas…

El jefe nos mostró el barco comentó cuál sería nuestro menú y explicó el tour del día siguiente. Todo parecía ok, aceptamos y pagamos lo tratado.

Poco más tarde nos dirigimos a ducharnos (si se puede llamar así a echarse jarros de agua fría encima y frotarse con algo de jabón) y más tarde a descansar, pronto me daría cuenta que la privacidad no sería tal…

Camarotes del barco

Camarotes del barco

Llegamos a una de las camas de los camarotes (eran varias) e indiqué a Vicky que ese parecía el único lugar posible para toda la tripulación…en pocos minutos el ayudante de no sé que vino a saber más de nosotros…

Yo tenía ganas de dormir y Vicky de escribir, observándolo y notándo a ella junto a su portátil se interesó por el coste de los portátiles en Europa, tras eso se intereso también por lo que tenía el portátil y ya de paso conocer si existía alguna película o foto que pudiera enseñarle…

Yo quería dormir y el chaval parecía no darse cuenta de nada y si era así no le importaba. Tras echar un gran erupto se sentó al lado de Vicky siguío interesado por aquello que contenía su ordenador. Al observar aquello, muy cansado por todo lo que había traído consigo el día y sintiendo estas no eran formas ni modos le dije cortesmente (aunque con el tono algo alzado) que yo quería dormir invitándole a salir cortesmente y así fué…

Tras aquella anécdota pocos minutos después volvió a bajar y dirijiéndose a Vicky le preguntó por si tenía ( o teníamos yo me hacía el dormido) hambre, ella le comentó que sí y en pocos minutos teniamos unos buenos noodles “sólo” para nosotros…

Me dí cuenta que el chaval había observado mi pequeño malestar y había tomado nota y eso me hizo sentir más tranquilo. Tal vez había sido algo rudo pero tanto yo como Vicky tuvimos la impresión de que el chico no tuvo mucho tacto, en teoría era un private boat y de privado este trato tenía poco…

Asi que aproveché para preguntarle (ya que temía lo peor) si alguien más de la tripulación dormiría en los camarotes a lo que me dijo, con una sonrisa bastante parecida a la de Jack Nicolson en la película “El resplandor”, que seríamos 3, nosotros dos (en camas separadas, así lo indicó) y el en la otra…‘yo alucinaba! Me preguntó varias veces si era ok a lo que yo en aquellos momentos respondí con un yes…

Tras aquello algo contrariados subimos a cubierta para observar el atardecer y descubrir cómo nuestra barca se acercaba a la otra de las costas de esta zona. Por el camino comentábamos lo acojonante de aquella situación, era noche, 4 desconocidos (a nuestro alrededor) nos acompañaban y seguramente alguno pensaba dormir cerca de nosotros…

Si en vez de en la India nos encontrasemos en cualquier otro lugar, varias alarmas hubieran saltado de mis adentros, pero estando en la India tocaba dar otro voto de favor a aquella situación algo acojonante. Podeis probar a imaginarlo: 4 tios que más tarde se convertirían en 6, ninguna ( o muy pocas y poco potentes luces) un barco en medio de un gran rio al interno de manglares llenos de cocodrilos, ningún documento, ningún conocido, ningún recibo, ningún rastro…y a todo ello se puede sumar un chaval bastante tocado, ninguna cobertura, nada de wifi y cero familiares o amigos que supieran donde nos encontrabamos…

Mi mayor temor era Vicky ya que de estar solo todo se hubiera centrado en dinero o, al máximo, canibalismo, pero no estaba sólo e irracionalmente ante situaciones del estilo un instinto protector junto a un temor ante la locura de cierto tipo de individuos sale a la luz…por fortuna este miedo irracional duró poco.

Poco porqué en breves minutos atracaríamos junto a un barco militar indio. Desde nos encontrábamos se veía su cocina y cómo preparaban algún plato, fuí a observárlo más de cerca intentando llamar la atención de los militares en su interior. Poco a poco quisieron saber de nosotros e incluso nos invitarón a cenar algo del pescado qe estaban cocinando que Vicky acepto, conversamos acerca de lo que hacíamos allí y nos despedimos al zarpar nuevamente hacía otra orilla.

Más confiados le pregunté al jefe de nuestro barco si disfrutariamos de algo de intimidad por la noche a lo que me respondió afirmativamente, en breve hablaría con la tripulación (entre ellos el varas) y nos haría saber que los camarotes de abajo serían todos para nosotros, poco más tarde nos lo confirmó.

Antes de dormir nos dedicamos a escribir estas líneas y sería en estos menesteres cuando de nuevo bajaría el chaval (me había caido mal y lo llamaba “el gordo”) a hacernos compañía…

"El gordo" me caía gordo el tio...

“El gordo” me caía gordo el tio…

El único mobiliario existente en los camarotes eran 6 camas dispuestas en dos filas de 3 y Vicky y yo nos encontrábamos sobre una de ellas escribiendo, cuando llegó el gordo y dirigiéndose exclusivamente a Vicky (se notaba que quería bastantes cosas de ella…) le preguntó por la música que escuchaba y por lo que hacía con su portátil. Viendo que ella le respondía se tomó alguna que otra confianza más y decidió tumbarse también en la cama con la cabeza a unos 5 centímetros de la rodilla de ella, como era normal ella se sintió incómoda y me lo hizo notar cuando tras una pregunta “del gordo” sobre nuestars profesiones ella le comentó que yo era militar. Con tantas señales yo salté casi al instante invitándo al chaval (en un modo algo tosco) a que nos dejase a solas…

Vistas desde el camarote

Vistas desde el camarote

Intentando ser lo más claro posible, modificando levemente el tono de mi voz para infundir algo de respeto, le comenté que habíamos pagado para estar a solas, trás esto el chaval dio un respinmgo y desaparecio como alma que lleva el diablo. Yo me sentí algo contrariado conmigo mismo pensando tal vez había sido algo duro con el chico e intenté ponerme en su situación. Al comprender que jamás me habria tumbado en la misma cama de una pareja con mi cabeza a 5 centimetros de los muslos de la chavala, me quedé más tranquilo conmigo mismo aunque más alterado con la realidad en que nos encontrábamos. Al chaval no le iba bien la perola y en los camarotes existían dos puertas (una que podíamso cerrar desde dentro y otra que únicamente ellos podían cerrar).

Con estos pensamientos, la imágen del “gordo” arrimándose en todo momento a Vicky y la anterior conversación del chaval sonriente diciendo que dormiríamos los 3 juntos en el camarote, algo alterado y pensativo se acercó el momento de dormir, aunque esto, el dormir, no sería tan sencillo…

Se acercaba la hora de dormir...

Se acercaba la hora de dormir…¿sería fácil?

Pensar que habíamos pagado 100 euros (que en la india viene a ser algo así como el triple o más) por una noche “a solas” en un barco y una excursión de pocas horas al día siguiente y encontrarme en un barco con mi pareja y única mujer, 6 marineros hindús entre los cuáles un chaval que daba bastante miedo, me hacía entender que me (nos) habíamos equivocado en gran medida; lo importante ahora era “sobrevivir” a esa noche…recuerdo como Vicky y yo reíamos aceptando que si el país en que nos encontrábamos no fuese la India tal vez pronto serviríamos de pasto para los cocodrilos…

Pedazo dientes...

Pedazo dientes…

Cocodrilos merodeando la zona

Cocodrilos merodeando la zona

A centímetros de los cocodrilos...

A centímetros de los cocodrilos…

codoriloarena codorilocerca

                                       Esperabamos no acabar tan cerca…

Caída la noche y dentro del camarote nos dispusimos a dormir (con más ropa de la que deberíamos debido a la gente colindante) y cerramos la única de las puertas que teníamos bajo control…Yo no pegaba ojo mirando a la otra puerta hasta que…se me fueron ocurriendo algunas ideas. Hace años había visto una película, un thriller de terror psicológico que transcurria en un barco en que se daba una situación muy parecida a esta, se llamaba “durmiendo con su enemigo”.

Lo primero sería realizar una especie de trampa a poca distancia de la puerta. Como en el camarote había cajas con botellas vacias, se me ocurrió coger unas cuantas y desperdigarlas por el suelo a un metro de distnacia de la puerta esperando que, en el remoto caso de que a algún loco (digase “el gordo”) se le ocurriese entrar, el ruido me alertase y me  diese tiempo para prepararme para la lucha.

Lo segundo era disponer de capacidad de maniobra, para esto dormí fuera del saco de dormir (a pierna suelta) y en la parte de fuera de la cama, en modo de poder soltar alguna que otra patada si era necesario y proteger a Vicky de cualquier asaltante.

Pero…aún con todo esto no estaba tranquilo del todo, pensaba: ¿y si me quedo dormido y el enemigo se acerca con algún cuchillo o utensilio de cocina? Puede parecer raro pero creo que a cualquier persona se le hubieran saltado las alarmas encontrándose en aquella situación…

Tras varios minutos observando la puerta por la que podía entrar el enemigo y aceptando que así sería duro pegar ojo, se me ocurrió otra idea al puro estilo MacGiver, la puerta tenía un pomo y si encontraba algo parecido a una cuerda podría bloquearla también por dentro. Tras esta idea rebusqué en mi mochila hasta dar con el cable de unos cascos de música que vendría muy bien para mi misión, pocos segundos después ya tenía la puerta bloqueada .

En caso de que alguien quisiera entrar ganaría tiempo con el bloqueo de la puerta a la vez que entre esto y las botellas en el suelo me espabilaría a tiempo para estar dispuesto para la lucha. Más seguro de todo me dispuse a dormir y así lo hice…

Horas más tarde amanecimos escuchando algunos ruidos en la puerta que no necesitaba de trampas, no en la bloqueada sino en la que nosotros mismos podíamos cerrar, nos llamaban para indicarnos que debíamos despertarnos.

Cuando entraron nos dimos cuenta que el problema era la “otra” puerta, esa que yo había bloqueado, la necesitaban abierta y no pudieron entrar por ella así que les tocó bajar por la otra para indicárnoslo. Me hizo gracia observar como le costó bastante tiempo soltar el cable, dándome cuenta de que en caso de haber sido necesario se que habría funcionado perfectamente. 🙂

Eran las 7 de la mañana y en nada empezaría la excursión. Si teníamos suerte veríamos cocodrilos, tarántulas, cobras y tigres de bengala, pero nos indicaron que seriá complicado…

Más excursiones....

Más excursiones….

Barcas al amanecer

Barcas al amanecer

Barcos de excursiones

Barcos de excursiones

barcon

Nativos del lugar

Nativos del lugar

Organizaron todo para recoger a las 9 al resto de personas que completarían la excursión, 20 turistas indios, con lo que certificamos que el turismo de este lugar (bastante desconocido) era casi totalmente indio y por eso a Vicky (sobre todo a ella) y a mi nos miraban como a especies exóticas…

Nos trataron como a reyes (no era menos con lo cara que había salido la excursión) e hice las paces con “el gordo” soltándole alguna que otra sonrisa y hablando con el de vez en cuando (había entendido que no era tan peligroso como imaginaba aunque si un verdadero chapas que había tenido poco contactos con mujeres y se notaba).

Disfrutamos durante el día de vistas alucinantes muy parecidas a los backwaters y nos llevaron al santuario de cocodrilos donde pudimos observar algunas de estas especies pero nada que ver con lo que había imaginado ya que el especimen más grande media poco más que yo…

Empezaba la aventura....

Empezaba la aventura….

Más barca, paseos, manglares, comida con gambones (estaban tremendos) y muchos monos. La última visita serían la zona de avistamiento de tigres de Bengala, un lugar más salvaje y sin vallas de protección (por estar alejado de los poblados) en el que se podía observar vida salvaje si había suerte.

Monos despiojando mono

Monos despiojando mono

Mono observándonos

Mono observándonos

Mono despiojando mono

Mono despiojando mono

Más monos

Más monos

Mono XXX mono

Mono XXX mono

Nos comentaron que la nubosidad de aquel día haría dificil observar nada ya que tanto a los cocodrilos como a los tigres les gusta pasearse (o tomar el sol) cuando hace buen tiempo (más o menos como a los humanos). Y así sería, no vimos nada más que monos…y pocos bambis (que deberían de servir de carnaza al tigre que todos querían ver).

Carnaza de tigre de bengala

Carnaza de tigre de bengala

Bambis

Bambis

Comprendiendo que habíamos hecho un poco el primo pagando más del doble por aquella excursión pero con ganas de dejar atrás el temor de compartir barca con 6 marineros indios¡, me alegró saber que aquel tongo terminaba…

Volviamos a Gosaba el poblado del que tomaríamos un autbús hacia Canning y de aquí un tren hasta Calcuta, nuestro próximo destino.

Primera cagada en la india y, aunque quedaban pocos días para dejar este espectacular país, no sería la última. Habiamos comprendido que mejor las cosas con calma (y con cabeza) para no llevarnos algún susto, pero aún nos quedaba mucho por aprender, respecto a los sunderbans, seguro que era un lugar espectacular pero para disfrutarlo era mejor organizar bien la excursión y pasar no 1 sino 10 días.

Nos acercabamos a Calcuta, lo más parecido a Gotham City pero en la india y sin Batman, no teníamos hotel y llegariamos cerca de las 21, esperabamos tener suerte y no pasar la noche a la intemperie…

 

Si te ha gustado el post, tal vez pueda interesarte conocer de primera mano el viaje que reflejé en mis diarios en Aventuras en el Sudeste Asiático y la India.