Por la mañana salimos temprano de Perugia en dirección a Montepulciano pero nos detuvimos primero en Pienza.

Pienza, uno de los poblados más bonitos de la Toscana

Nada más llegar dejamos cómo si fuéramos dos residentes más, el coche casi a la entrada del casco histórico. Una señora de avanzada edad nos indicaba que los “carabinieri” nos pondría multa, pero tras sonreírle y explicarle que se trataba de un “asunto” de media hora, nos respondió con un no pasa “niente”. Contentos empezamosa a  adentrarnos por sus callejuelas estrechas y amuralladas.

Pienza nos recordó muchísimo a un pueblo de la rioja alavesa, Laguardia. El poblado es muy pequeño y fácil de recorrer. En él destaca una pequeña plaza donde está la iglesia y un mirador a los campos y viñedos de los alrededores y las numerosas tiendas de quesos y vino. Nosotros nos decantamos por llevarnos un trozo de aquel lugar en forma de comida, un queso que pudimos degustar antes de comprar…

El poblado nos recordaba al pueblo de Laguardia en la rioja Alavesa

Vistas del paisaje Toscano

Tras esa adquisición volvimos al coche y pusimos rumbo a Montepulciano.

Montepulicano era uno de los lugares que me hacía ilusión conocer ya que sirvió de escendario para la película “luna nueva” de la saga crepúsculo (De la que soy muy fan). Una ciudad medieval empedrada, con callejones estrechos y plagados de historia.

arcos en las calles de Montepulciano

Callejones en Montepulciano

 

En Montepulciano callejuelas estrechas, arcos gigantes y altos edificios te dan la bienvenida, y el lugar también es conocida por el bueno vino que aquí se produce, se dice que entre Montepulciano y Montalcino está el mejor vino Toscano, uno de los mejores vinos de todo el planeta, respecto a los quesos se cree que los mejores son los de su vecina Pienza de donde proveníamos.

 Luego paramos a comer y a degustar algo típico en el  “Bistrot del Tribunale ristorante pizzería wine bar”.. Sergio pidió los “picis al ragú” y yo un brócoli al horno (no tenía mucha hambre), y dos vinos tintos para acompañar la comida. En total nos salió por 23€ (nos cobraron 5 euros de cubierto).

La Piazza Grande de Montepulciano

Tras comer subimos hasta la plaza donde está la torre del reloj y la famosa puerta por la que aparece el protagonista de crepúsculo y tras ello pusimos rumbo a Chianciano terme, donde teníamos el hotel reservado.

El pueblo no tiene muchos alicients más que las termas y por ello el turismo más frecuente son los abuelos. Nosotros dimos una vuelta primero para ver el pueblo y nos topamos con que Chianciano terme no tenía nada, en cambio hacia el otro lado se encontraba Chianciano (a secas), un pueblecito muy pequeño y bonito con un arco que te daba la bienvenida, un pequeñísimo casco histórico en su interior, una iglesia, una campana y una pequeña plaza con fuente.

Allí elegimos para cenar un restaurante donde te servían el aperitivo o lo que quisieras. Nosotros nos decantamos por un “tagliare” de embutidos y quesos surtidos típicos toscanos y vino de la casa, todo por 20€, era un placer disfrutar de los placeres de la Toscana por tan poco…