Tras la última y buenísima cena en Santorini, la noche anterior aprovechamos para ahondar un poco más en nuestras investigaciones sobre este mágico lugar que pronto dejaríamos atrás. Así descubrimos varios datos que demostraban que casi con toda seguridad el mito de la Atlántida yacía sumergido en Santorini ya que, casi todos los datos prácticos revelados por Platón apuntaban a ello…

Eran muchos los detalles que así lo indicaban y tal vez el más acertado vendría descubierto pocos años atrás en la ciudad de Akrotiri, tras desvelar no solo que cada una de la franjas de aquellos hermosos acantilados correspondían a una erupción volcánica sino acertar y entender que la más clara de ellas, una que va de los 10 a los más de 60 metros de altura, correspondía a los restos que sepultaron a la civilización minoica, y sería allí en Akrotiribajo esta capa de escombros a una de las civilizaciones más avanzadas de la historias.

Se acercaba el momento de despedir Santorini…

Disfrutando de tantas revelaciones decidiríamos cuál sería nuestra última visita antes de coger el barco de vuelta a la una de la tarde, siendo Firostefani el lugar elegido para disfrutar las vistas a este precioso espectáculo de la naturaleza llamado Santorini…

Nuestra última visita no daría para mucho pero si para recordar la magia que en este mundo aún puedes encontrar, y como existen lugares como este, que contienen mucha más de la que puedas imaginar. Desde Firostefani volvímos a apreciar la increíble caldera con barcos enormes que parecían de juguete desde las alturas de esos acantilados en los que ahora era fácil diferenciar las distintas capas, y entre ellas aquella que cambiaría la realidad de este lugar durante siglos…

ultimas vistas desde Firostefani

Muchas eran y serán aún las vidas y capas que aquí puedan formarse, como muchas serán y son las leyendas que recorren este lugar, un archipiélago mágico que esconde algunos de los misterios más sorprendentes de la historia de la humanidad.