Aunque ya conocida sabía que disfrutar de la india es lo más parecido a cambiar de planeta y acababa de entrar de lleno nuevamente en él. Seguramente sean muchos los lugares que nos trasladan a otra realidad, desde mi experiencia y hasta ahora, ninguno como este país y sus gentes.

En mi anterior visita a la India junto al mejor compañero de viaje que pude tener la suerte de conocer, Elio Carli, intentamos dar un nombre a este estilo de vida tan diferente, lo llamamos el “Ganga Style”, en honor a la canción de moda el gangnam style, al rio Ganges llamado Ganga en indio y al estilo propio de sus gentes.

 

En general me encanta la forma de ser de los indios y su Ganga Style, a diferencia de nosotros ellos:

–          Necesitan muy poco para sonreír y lo hacen siempre que pueden

–          En general no se comparan

–          Viven sin prisa

–          Nuestras reglas no son sus reglas, puedes estar esperando 10 minutos a un autobus el primero de la cola para darte cuenta que cuadno te dispones a subir consigues hacerlo el último.

–          Para ellos conducir es ir de rally y, en su caos consiguen entenderse.

–          Son bastante inocentes, demasiado buenos para tener maldad. Aunque pasees por un slum en el que se palpa el hambre como en ningún otro lugar, nadie te robará.

–          Los animales forman parte de su entorno, viven con ellos e incluso podrás observar carreteras o calles (por muy pequeñas que sean) con vacas, búfalos, perros, monos o palomas, por ejemplo en Varanasi pude observar como en una calle de no más de metro y medio de ancho una moto sorteaba una gran vaca que se encontraba en su camino.

–          No temen (tanto) a la muerte, es más, en ocasiones parece que juegan con ella.

–          Y tal vez lo más importante y bonito de su filosofía: Existen reglas pero si es necesario y de paso puedes ayudar a alguien, estas reglas, se pueden saltar. Esto lo descubrí al viajar en el techo de un autobús lleno de gente, descubrir como un chofer de otro autobús tras dar marcha atrás en un tramo de la autopista intento cambiar de sentido a través de una acequia, viajando en la moto de un policía que nos acompañó a Elio y a mi para conseguir que no perdiéramos un tren (íbamos 3 encima y sin casco) o paseando por la autopista cogiendo a dedo diferentes autobuses (tras el nuestro que se rompió), para llegar a destino conseguimos coger 3 autobuses distintos.

Yo encima de un autobus

Creo que gran parte de esta filosofía se debe a su religión y en gran medida a la falta de contaminación de nuestra filosofía occidental, donde se prefiere ir rápido, compararse constantemente, tener más y más (aunque no se necesite), ganar en poder pero no en humanidad y destrozar con todo ello su propia vida y la de sus semejantes, ansiando esa meta que jamás te hace feliz (siempre necesitas más) necesitando para ello consumir un altísimo porcentaje de tu existencia trabajando sin sentido para joderte a ti, al planeta y todo aquello que esta por llegar..

Yo formo parte de estos últimos y tal vez por eso estoy ahora aquí, intentando recordarlo y descontaminarme.

Una vez he pisado el pie en estas tierras noto como mi forma de ser cambia al recordando varias de las lecciones ya aprendidas. Ya no era Sergio en Vitoria, Roma o Palma de Mallorca, ahora era Sergio en India y mi mentalidad y forma de ser tenían que cambiar para adaptarme a este nuevo entorno. Estas eran mis 3 reglas básicas:

–          No beber nunca del grifo o cosas del estilo. Cuidarse en Salud.

–          Trata el precio siempre que puedas (casi siempre es necesario). Cuidarse en Dinero.

–          Cambia de ritmo y SONRIE. Cuidarse (aunque pueda parecer algo ñoño) en Amor.

Salud, dinero y amor, parece que aún sin pensarlo estas sean las bases de la felicidad.

De la primera regla me daría cuenta nada más llegar a Delhi, el lugar: los baños del aeropuerto.

Tras varias horas de vuelo me tocaba hacer escala durante otras 6 así que llegó el momento de acercarme al baño a soltar líquidos. Encontré el aeropuerto y los baños muy pulcros, hasta llegar al interior de los escusados y echar un ojo a la taza del baño…

horas de espera en Delhi

Su superficie estaba cubierta de líquido. Inicialmente (pensé que era pis) sentí algo de asco porque no encontraba una taza “seca”, hasta que recordé que en India tras hacer cualquier necesidad existía el hábito de limpiar cualquier resto con una especie de manguera (en los baños en la que se encontrará)…

Ya estaba más tranquilo, no eran meados, era agua, pero esta primera diferencia hizo saltar mis alertas para recordar que la india es diferente en este sentido, por desgracia bastante más dejada y sucia. Por ponerte un ejemplo, no entiendo bien porqué pero llevo varios días desde que llegué sin saber donde tirar las cosas que voy usando ya que inexplicablemente en uno de los países más superpoblados del mundo con cerca de mil millones de habitantes, parece que se olvidaron de fabricar papeleras.

Puede que sea debido a la excesivamente alta densidad de población, a la pobreza o a la convivencia general con animales, pero es una realidad a tener siempre en cuenta que me hizo recordar que es importante llevar contigo siempre que puedas una botella de agua, a poder ser precintada, ¡jamás bebas del grifoQ. Creo, ya lo pensé en mi anterior viaje que el tío que tiene la empresa Evian (la más común) de agua embotellada seguramente sea una de las personas más ricas de la india y del mundo ya que (no sólo los turistas) hasta los indios beben agua embotellada.

En el anterior viaje no sufrí la tan temida “gastrointeritis india” creo en gran medida gracias al anterior consejo y sus derivados (no tomar nada que haya sido lavado con agua corriente) y cuidar tu higiene personal.

Si sigues este consejo y aceptas que la india tiene también sus contras y uno importante es la higiene, seguramente disfrutarás más y mejor de la experiencia del viaje.

Casi tan importante como lo anterior puede ser el recordarte de llevar contigo un rollo de papel higiénico ya que encontrarás muchos baños que no disponen de ello, puedes pensar ¿Cómo coño hacen los indios? Tarde unas semanas en conocer la respuesta…

Descubrí el modo de limpiarse indio casi por casualidad. Un día en una Guest House (asi se llaman los hostales aqui) en Udaipur en la zona de Rajasthan, me presentaron a un indio; como tenía la mano derecha ocupada intenté darle la izquierda en señal de cortesía pero no obtenía respuesta. En su lugar el indio me observaba con una expresión extraña, esa mirada que pones o te ponen cuando piensas si al de enfrente se le ha podido ir la pinza…

Seguía mirándome raro con lo que instintivamente le ofrecí la otra mano dejando aquello que me tenía ocupado, su expresión cambio y rápidamente me tendió la mano para después explicárme el porqué de toda esta confusión…

En este país está mal visto comer, saludar o realizar ciertas tareas con la mano izquierda ya que esta es la mano que viene utilizada para literalmente, limpiarse el culo. Seguramente sean muy higiénicos y usan siempre agua y jabón, pero por si acaso otro consejo esat en no utilizar la man9o izquierda para saludar, comer o por poner un ejemplo comerte las uñas.

Se estaba activando en mi el modo indio, pronto, a la vuelta de la esquina debería afrontar la segunda regla, tocaba regatear.

Tras la espera en Delhi tocaba coger el vuelo hacia mi destino final: Kochin. Una vez llegado (con el modo indio activado) debía comenzar a interactuar, hablar en inglés, hacer mi visado y recuperar el equipaje que facture en Madrid.

Me acompañaba el atontamiento de haber maldormido unas 2 horas en el últiimo díaunido a un entaponamiento de oídos fruto de la presión del avión que me hacían sentir prácticamente sordo, el policía de aduanas pronto se daría cuenta de ello.

Por suerte el aeropuerto era pequeño con lo que al entrar las señales te hacían comprender no había posibilidad de perdida. Seguí los pasos hasta la habitación de inmigración con el nombre “eTourist visa”, una vez allí el policía me pidió la documentación que había gestionado desde España para realizar el visado.

Llevo algo más tiempo de la cuenta realizarlo ya que él hablaba inglés indio (genuino pero parecido a hablar con 2 caramelos en la boca), y yo un ingles algo prehistórico inventado en ocasiones, y usando más monosílabos y gestos que phrasal verbs, el problema de idioma unido a aquella momentánea sordera, harían el tramito del visado algo más cómico y complicado.

Visado idnio (evisa)

Visado idnio (evisa)

Una vez con el visado fui directo a por mi equipaje. Tenía algo de prisa ya que eran las 21:30 hora local y sabía que la vida en este país funciona más con el horario solar/lunar que con el digital, sabía que en el hotel seguramente estaban ya durmiendo, debía darme prisa.

Con el equipaje en mano me dirigí a cambiar algo de dinero. Leyendo algún que otro blog indicaban que el cambio en el aeropuerto es menor que en los bancos por lo que cambier únicamente 40 dolarés (gran error ya que en Kochin al menos la tasa era perfecta 67 rupias el dólar), al parecer en Kochin no se respetaba esa regla…

 

Vista aeropuerto cochin desde fuera

Vista aeropuerto cochin desde fuera

Con rupias en el bolsillo y ya llegado a destino, comencé a sentir algo de esa seguridad que llevaba dos días perdida. Es extraño comprender que ficticia es esta sensación de seguridad que tenemos al poseer unas llaves o disponer de dinero en la cuenta cuando podría quemarse casa, quebrar el banco o simplemente caérsenos un ladrillo en la cabeza mientras caminamos y terminar con ello todo. Aún siendo extraña, esa falsa sensación de seguridad es real y yo la estaba recuperando…

Aún me costaba recordar el precio de las cosas en este país, pero soy bueno haciendo cálculos con lo que me hacía más o menos una idea de cuánto debería costar en dinero ya que en tiempo lo acababa de preguntar, llegar a mi hotel.

Las opciones inicialmente parecían 2, taxi y bus. El bus salía a las 23:30 y costaba 250 rupias, el taxi salía ya y costaba 1500, con el bus ganaba en dinero pero perdía en tiempo, con el taxi ganaba en tiempo pero perdía en dinero, sabía que era importante llegar pronto sobre todo con el cansancio que llevaba encima pero el taxi me parecía un robo ya que por ese dinero en la india puedes hacer muchísimas cosas…

En ninguno de estos dos medios se podía regatear así que hice aquello que solemos hacer cuando no ves más opciones: miré a mi alrededor… y escondidos tras el autobús pude vislumbrar varios divertidos tuktuks, sabía que con ellos sí se podía tratar.

Inicialmente pedían 1200 rupias ya que era más de 1 hora de viaje, pero seguía sin fiarme y comencé a tratar hasata bajar a las 900, parecía que de ahí no bajaba y por si acaso fui a intentar bajarlo con otros tuktukeros hasta darme cuenta que en 900 había llegado al límite.

Tras haber vivido en india sabía que por esa cantidad podías dormir, comer y cenar en muchas zonas de india por lo que (por una cuestión moral más que económica) estudié otras posibilidades como era encontrar algún compañero de viaje, poco más tarde un señor indio se acercó al tuk tuk, conversó con el conductor y parecía que no llegaban a un acuerdo así que pregunté…

En mi inglés primitivo le comenté si el también viajaba a Fort Kochi y podíamos compartir los gastos, conocedor como soy de la distinción que hacen (en parte la acepto y respeto ya que no es igual un sueldo indio que uno europeo) acepté pagar 600 y el 300 y poco más tarde ya estábamos de camino.

Tuk Tuk a Cochin

Tuk Tuk a Cochin

Totalmente animado vislumbrando ya el tan ansiado colchón entré en el divertido medio de transporte para revivir sensaciones al interno de esta locura que es la india. El señor que me acompañaba me habló de su familia mostrándome algunas fotos, era un reconocido coronel de la marina India.

Tras poco más de una hora llegamos a Kochin, el primero en descender sería el militar indio. Casi media hora despous llegamos a mi destino y debo decir que me sentía algo mal al comprender como habíamos pagado poco más de 10 euros por casi hora y media de viaje, aunque a sabiendas que el militar había pagado únicamente 2,5 euros hice paces conmigo mismo y me dirigí a mi hostal, el Immanuel Guest House en Fort Kochin.

Eran casi las 12 de la noche pero la ciudad estaba completamente a oscuras, un pequeño callejón daba a mi hostal y a pocos metros antes de la entrada se encontraban 3 jovenes indios conversando. De haber sido cualquier otro país conocido, la sensación que habría sentido habría sido de miedo, miedo a ser robado, apaleado o vete tu a saber qué, por suerte en India las cosas no eran así…

Los chavales me preguntaron de donde era, al decir Español sonrieron y me dijeron “hasta luego” a la vez que preguntaban si Madrid o Barcelona, Cristiano o Messi… como estaba cansado les devolví las sonrisas y buenos gestos y seguí mi camino hasta llegar al hostal.

Como imaginaba el hostal también estaba a oscuras así que me tocó despertar a Immanuel, el jefe del hostal, que rápidamente y con buenas formas me preparó la habitación junto con su mujer.

Había llegado y tocaba descansar , quedaba mucha aventura por delante y a la mañana siguiente iba a despertarme en un nuevo mundo…