Desde Banlung llegábamos a la capital camboyana sin mucha idea de lo que esta ciudad (que nos serviría de trampolín hacía tierras malayas) podría ofrecernos. Nos quedaríamos únicamente dos días en el lugar pero sería suficiente para conocer buena parte de sus secretos.

Llegamos a Pnomh Penh por la tarde y tras dejar las cosas en uno de los hoteles más económicos en lo que va de viaje (5 dólares la noche), bajamos a disfrutar de unas cervezas y aprovechar para estudiar que haríamos al día siguiente.

Entre las opciones descubrímos diferentes pagodas, monumentos y mezquitas y algunos de los centros más drámaticos del genocidio Camboyano de Pol Pot y los Jeméres rojos. Estando más que contentos de la cantidad de monumentos (pagodas incluidas) de que habíamos disfrutado durante el viaje y reconociendo que dificilmente esta ciudad ofrecería algo mejor a lo ya visto, teniendo la mezquita más espectacular a cien metros del hotel y ansiando descubrir y conocer más sobre el pasado (aunque en parte muy triste) de este país, investigamos estas otras opciones.

Dentro de la ciudad se encontraba la conocida como S-21 o Toul Sleng, la cárcel apodada como la más sanginaria máquina de matar de los jeméres rojos, y a 15 kilómetros de la ciudad hacia el sur estaban los campos de exterminio de dicho régimen. Esa misma noche decidi investigar la opción S-21 y disfrutamos de un documental que nos dejó sin palabras… se titulaba: S-21, la máquina de matar de los jeméres rojos.

Antes del viaje, intentando conocer la cultura de los lugares que visitaría, ya había visto algún que otro documental sobre los jeméres rojos pero este nuevo video me ayudó a comprender muchas cosas nuevas, entre ellas el porqué se nominaba a una cárcel con el calificativo de “máquina de matar”, el motivo, la manera en que gestionaban las torturas y la captación de nuevos reclusos, algo propio de una mente no sólo enferma sino también perversa.

cuadro cuadro2

La S21 de Pnomh Penh

La S21 de Pnomh Penh

Intentó resumir un poco todo lo que he ido comprendiendo sobre aquellos tristes (4 años) en que decidieron cambiar el nombre de Camboya por el de Kampuchea Democrática…

Las raíces de todo esta mancha en la historia de este país hablan del capitalismo,de EEUU y su modo de generar riqueza favoreciendo a unos pocos y jodiendo a unos cuantos muchos, de la guerra de Vietnam, del comunismo y de la pobreza y las minas antipersona que asolaban Camboya, entre muchas otras cosas.

Teniendo en cuenta y entrando en detalle, un grupo con ideas comunistas excesivamente radicales y antiamericanas llegó al poder, se llamaban los Jeméres Rojos y su líder era conocido como Pol Pot (su nombre verdadero era Salot Sar).

El grupo de los Jemeres Rojos debía su nombre a Jemer (Khmer en camboyano), imperio Camboyano que dominó parte del sureste asiatico (los creadores de Angkor), término también utilizado para definir a la persona de Camboya; y Rojo, en referencia a su ideología comunista.

En abril de 1975 este grupo se hizo con el poder del país, comenzaría lo que llamaron “año cero” y debido a la falta de mira de su ideología y a la crueldad y psicopatía de sus líderes, en solo 4 años conseguirían diezmar y matar a más de un cuarto de la población de Camboya, hicieron desaparecer a casi 2 millones de habitantes en un país de poco más de 7 millones. Increible pero cierto, y tal vez lo peor de toda esta historia sea que las manos ejecutoras eran no sólo paisanos suyos sino mucha en muchas ocasiones familiares y/o amigos…

Simplificando, Pol Pot y sus jeméres rojos sometieron a Camboya a un comunismo tan cerrado que convertirían al entero país en una especie de secta en que no podías (entre muchas otras cosas)“literalmente” ni pensar ni llevar gafas, de hacerlo, serías ejecutado…

Una de las tareas principales de este régimen nada más llegar al poder fue sacar a las personas de las ciudades para llevarlas a los pueblos, eliminar las escuelas y las religiones y convertir a todo ser humano Camboyano en agricultor. Datos reales revelan que Pnomh Penh (la capital) pasó de tener 2 millones de habitantes a 25000 en sólo 3 días (alucinante),…

cárceles

cárceles

niñospresos caracarcel cárcel

Mapa indicativo de la migración de las ciudades hacia los centros rurales

Mapa indicativo de la migración de las ciudades hacia los centros rurales

Inscripciones en la piedra de las cár

Inscripciones en la piedra de las cár

Presos de la S21

Presos de la S21

Aparte de conseguir que su país fuese el principal productor de arroz del mundo, el reino del terror de los Jeméres Rojos, martirizó a la población hasta el extremo dictando toda clase de normas y eliminando toda capacidad de elección en las personas. Esclavizarían a la población hasta tal punto que cualquier muestra de humanidad era considerada rebelión tras lo que venían enviados a las cárceles S21. Una vez aquí, se ponía en marcha la máquina de matar de la S-21…

En el documental que vería el dia anterior a mi visita a la S21 más grande y sanguinaria (la de la capital), antiguos Jeméres Rojos comentaban como llevaron a cabo sus atrocidades al interno de esta cárcel y cuál era su método de funcionamiento…

Los carceleros eran Jeméres Rojos elegidos entre la población, una especie de soldados de las mafias o sicarios si hablamos de narcos, reclutados entre los jóvenes más agresivos de la población camboyana. Si has visto diamante de sangre, has oido hablar de los niños soldados o escuchado sobre los niños reclutados por la yihad para inmolarse, el modo de captar soldados entre los jeméres rojos era algo muy parecido.

barrotes cajanecesidades

Grilletes y caja de necesidades

Grilletes y caja de necesidades

niñospresos

Adoctrinados desde pequeños

Adoctrinados desde pequeños

Ayudados por el miedo que infundía su poder, influenciaban a niños y jóvenes hasta tal punto de hacerlos capaces de preferir al grupo jemér que a su propia familia. En el documental explican que si tenían que matar a su familia la mataban, lo importante era la continuidad del grupo…

niñosss niñosyjemeres

cárceles

cárceles

Los pesos eran solo un número

Los pesos eran solo un número

Sin piedad

Sin piedad

La máquina de matar de las cárceles de la S-21, entre las cuales la sede era la cárcel de Pnomh Penh, funcionaba del siguiente modo:

Esta especie de niños soldado o jóvenes convertidos en Jeméres Rojos adoctrinados y robotizados, se encargaban de mantener el orden y cumplir unas normas que consiguieron diezmar la población del país de Camboya en cantidades y tiempos que ni los nazis hubieran imaginado. Conociendo las normas, soy de la idea que si este régimen hubiera durado 4 años más, la raza Camboyana hubiera desaparecido de la faz de la tierra. Intentó explicar el porqué…

Según Pol Pot y la cúpula del partido, todo aquel que no cumpliese aquel conjunto de normas que convertían al ser humano en buey sin voz ni voto, era considerado saboteador o espía y debía ser ajusticiado. Pero la cosa no acababa aquí…

Cuando una persona era acusada de rebelión o espionaje, era llevada a las cárceles S21 y comenzaba el infierno, que en un 99,999% de las veces terminaba en muerte. Poniendo números sobre la mesa de las más de 12000 personas que entraron vivas a la cárcel S-21 de Pnomh Penh, solo una docena salió por su propio pie.

Muchas de las victimas

Muchas de las victimas

Habitación con mesa de interrogatorios

Habitación con mesa de interrogatorios

niñosytorutrados

Cárcel con alambrada para evitar suicidios

Cárcel con alambrada para evitar suicidios

pobresenanos

Pasillos de la cárcel

Pasillos de la cárcel

Marcas, fechas y números

Marcas, fechas y números

Es lógico pensar que para matar cerca de 2 millones de personas de los 7 que tenía el país en 4 añós, o casi todo el mundo era un rebelde o la máquina de matar de las S21 no se limitaba únicamente a matar, y así era. Cuando un preso era llevado a estas cárceles, las reglas o normas recibidas por los cárceleros era “hacerlos cantar” hasta obtener más nombres. Debían obtener confesión bajo tortura y existía médicos que velarían por la vida del reo para poder mantener dicha tortura hasta conseguir el objetivo. Inhumano pero cierto, por regla general, los cárceleros obtenían una serie de nombres de entre 20 y 30 por cada confesión, tras conseguir estos nombres eran marcados con una cruz, “la Muerte estaba hechada”…

La máquina empezaba a dar sus frutos y por cada detenido se obtenían otros 20-30, de los que seguramente ninguno era culpable de nada, así lo contaban algunos de los supervivientes en el mismo documental…

De 1 la red se ramificaba aumentando a 30 y no paraba aquí. Cada una de esas 30 personas venía también detenida y torturada (hasta obtener otros 20-30 nombres) y con ella sus amigos y familiares más cercanos. Niños, embarazadas, ancianos…valía todo, y todo venía torturado y marcado para nuevamente pasar de 1 a 30 y de 30 a centenares.

Tras concoer el documental conocimos la realidad de la cárcel y te quedas sin palabras cuando ves la cantidad de fotos, bebes, niños, madres o ancianos incluidos, de los que conoces la breve historia que se oculta tras aquella foto…palos, simulacros de ahogo, ostias, una X y a la fosa, ¡puta enfermedad mental de parte de la raza humana!

La cárcel S-21 de Pnomh Penh la formaban 4 edificios. El primer edificio era usado para las torturas, aún podías ver la mesa que usaban para los interrogatorios o algunas de las camas o grilletes que venían usados para practicar sus distintos métodos de tortura…

Saliendo de este edificio, en aquello que debió de ser el patio, podías observar una serie de lápidas de cadáveres sin nombre, poco más tarde, en el segundo edificio, se mostraba parte de la información de aquella masacre que tuvo lugar en esta cárcel…

Podías observar centenares o miles de fotos entre los cuáles bebes que fácilmente podrían hoy tener tu edad de haber nacido en otro lugar o en otros tiempos, ropa de presos o carceleros o fotografías de la época que reflejaban aquella atrocidad entre los años 1975 y 1979…

El tercer edificio estaba envuelto completamente en alambres, medida que tomarón los carceleros del lugar para evitar suicidios de aquellos que se tiraban de las ventanas en busca de paz. En esta estructura se encontraban las cárceles, minúsculos cubículos en los que los presos debían de soportar la espera acompañados únicamente de una especie de caja de herramientas que les servía de baño. Los cárceleros en aquel documental que tanto me sorprendío comentaban las muchas maneras en que infringían los derechos humanos recordando en todo momento a cualquiera que allí se encontrase que no bastaba pellizcarse, aquello, aunque probablemente ninguna mente humana pudiese imaginar y hacer realidad en sueños una pesadilla similar, era totalmente real…

Ropas carceleros

Ropas carceleros

Ropas victimas

Ropas victimas

puetasceldasmade fotocarcell escaleras celdasypuertas celdasmadera

Celdas de madera

Celdas de madera

Alambrada en la cárcel

Alambrada en la cárcel

Celdas de ladrillo

Celdas de ladrillo

Celda de madera

Celda de madera

Imágenes del genocidio

Imágenes del genocidio

Celdas sin nombre en el patio de la cárcel

Celdas sin nombre en el patio de la cárcel

cárcel

En el primer piso los cubículos que hacían de celdas estaban hechos en adobe, en el segundo, un extraño olor me hacía entender la realidad sería distinta, y así era, mientras subía aquel olor trajó consigo el recuerdo de una sauna y aunque pudiera parecer raro tras conocer el increible calor de Camboya, pocos pasos después descubriríamos que sí, las cárceles en este piso eran de madera…

Tras recorrer aquellos interminables pasillos en los que dificilmente podía imaginar el horror al que tuvieron que someterse tan enorme número de personas, pasamos al último de los edificios donde una serie de cuadros y esqueletos nos hacían entender que estabamos llegando al final, un final que no no podía ser otro en estas cárceles, la muerte…

Aquella visita a la cárcel S21 junto a toda la información y documentales que descubrimos, sirvió para recordar una vez más todo aquello que debemos considerar un espejismo. Personalmente seguiré soñando en un mundo en que la mente sirva principalmente para comprender que somos seres HUMANOS con los mismos derechos y deberes, seres que no eligen donde nacer que color de piel tener o de que religión ser ferviente seguidor, personas que al igual que yo estamos aprendiendo y buscando hacer de nuestras vidas la mejor de las aventuras.

Si ya era fuerte comprender que estos hechos eran propios de seres humanos, igual de difícil era darse cuenta que ningúno de estos sádicos gobernantes fue encarcelado o sentenciado. De todas las personas que forman la red que provocó el genocidio Camboyano, únicamente Pol Pot fue apresado pero jamás ajusticiado, moriría en espera de sentencia poco antes del año 2000. Muchos de los sanguinarios cárceleros y gobernantes hoy en día siguen libres, sin palabras…..

Pol Pot en espera de sentencia

Pol Pot en espera de sentencia

Con todas estas ideas rondando por la cabeza, terminamos nuestra visita a la ciudad visitando la gran mezquita de Lake Side (el barrio en que residiamos) la ciudad, un lugar precioso que me recordó a uno de aquellos libros que leíamos de pequeños titulados “las mil y una noches”…

Alucinante mezquita en Pnomh Penh para despedir camboya

Alucinante mezquita en Pnomh Penh para despedir camboya

Y, pensando en las mil y una noches, tocaba recordar ya nos quedaban menos de 20 días para terminar esta aventura (llegarán otras), días para seguir disfrutando y descubriendo…

Nuestro próximo destino era Malasia y nuestra intención descubrir unas de las cuevas más misteriosas del planeta de más de 100 metros de altura, explorar la jungla más auténtica y antigua del mundo, la ciudad de los grafitis y para terminar (esperando tener buen tiempo) disfrutar de una isla de ensueño en la que hacer descansar y hacer resumen de esta aventura…

 

Si te ha gustado el post, tal vez pueda interesarte conocer de primera mano el viaje que reflejé en mis diarios en Aventuras en el Sudeste Asiático y la India.