Por la mañana despertamos temprano y pusimos rumbo a Livorno, ya que nos venía de camino a nuestro siguiente destino donde haríamos noche Rosignano marítimo.

Poco o nada sabíamos de esta ciudad más que de su nombre, así que a ciegas prácticamente nos dirigimos a ella.

Al llegar dejamos el coche a buen recaudo y con el pertinente ticket de parking para no llevarnos una sorpresa y una multa de souvenir a casa.

Una vez aparcados, empezamos poniendo en el buscador de google “qué ver en Livorno”, y la primera aparición fue “La fortaleza vieja de Livorno” o “Fortalezza dei Medici”, así que hacia allí nos dirigimos.

Los canales de la ciudad nos recordaron un poco a Venecia, ya que cercano a esta fortaleza encontramos canales de agua con embarcaciones y puentes como los que sueles ver en una de las ciudades más romántica de Italia.

La fortaleza está pegada a uno de los canales de Livorno, en su interior tan solo queda la estructura de un viejo Castillo y un parque donde poder pasear, hacer deporte o sentarte a tomar el aire.

Dimos un pequeño reconocimiento y seguimos nuestro camino hacia el centro donde paramos en la entrada de la catedral de San Francisco, solo pudimos fotografiarla por fuera ya que estaba cerrada al público ese día. Esta basílica se encuentra en “Piazza grande”, donde nos quedamos un rato contemplando los alrededores.

Tras este pequeño recorrido por el casco histórico de Livorno, fuimos a por nuestro coche y pusimos rumbo a nuestra última parada en esta ciudad, la “Terrazza Mascagni”, de la que tan solo habíamos visto algunas fotos y en ellas se podía apreciar que abundaba la delicadeza del diseño.

Cuando llegamos a ella, nos topamos con una terraza con vistas al mar, un tanto elegante. El suelo está compuesto de baldosas negras y blancas, como si se tratara de un tablero de ajedrez que me recordó bastante a algunas escenas de la película de Tim Burton “Alicia en el país de las Maravillas”, todo muy estrambótico.

Después de descubrir esta última parada a nuestra breve visita en Livorno, nos pusimos en marcha hacia Rosignano Maritimo, donde descansaríamos antes de seguir nuestra ruta hacia Pitigliano.