De exploración por la mitad noroeste de la Isla – Thom Beach y la granja de cocodrilos

Llegamos a Phu Quoc con la intención de quedarnos cinco días que al final alargaríamos a 7 para aprovechar no sólo para explorar el lugar sino también relajarnos lo mejor que sabíamos, de este modo altarnabamos atardeceres en la bahía del Mango Bay y jornadas bajo el sol en la playa de Vung Bau con visitas de exploración por el resto de la isla. El tercer día optaríamos por la mitad noreste.

Salimos de Duong Dong y al poco rato notamos como en esta zona el tráfico era mucho menor que en las zonas ya exploradas, ¡todo un alivio!. Según el mapa de camino a la granja de cocodrilos pasaríamos por una de las playas más conocidas del lugar Thom Beach, y esa sería nuestra ruta.

También gracias el mapa observamos como una gran parte del recorrido se encontraba inmersa en el verde de la jungla, pronto nuestro camino adoptaría un color (y un frescor) especial que se agradecía..

Travesía por la jungla

Travesía por la jungla

Banderas por doquier...

Banderas por doquier…

Ayudados de MapsMe, una aplicación que nos ha sacado de más de un apuro, podíamos seguir un recorrido y saber en todo momento donde nos encontrábamos, de este modo una media hora despúes de nuestra partida, llegabamos a la zona de Thom Beach, para nuestra sorpresa todo eran obras…

Obras y más obras camino a Thom Beach

Obras y más obras camino a Thom Beach

Si el día anterior pudimos observar como media isla estaba siendo levantada para construir chalets o enormes edificios y resorts, también en esta zona observamos como el marrón natural de la jungla lo estaban convirtiendo en gris asfalto que facilitase las comunicaciones (y el turismo), era una obvia realidad que de no parar o cortarse un poco en pocos años, joderían la isla.

Con el mayor cuidado que podíamos, fuimos sorteando los kilómetros de carreteras en obras que bordeaban la playa intentando encontrar alguna especie de camino que nos llevase al mar, pero nada, parecía tan complicado que finalmente desistimos y decidimos seguir el camino hacia los cocodrilos.

De camino una bandera vietnamita “solitaria” llamó tanto mi atención que se grabó en mi memoria (quería una de recuerdo).

La bandera me hizo parar...

La bandera me hizo parar…

Seguímos discurriendo las obras hasta llegar al lugar en que según nuestra aplicación, encontraríamos los cocodrilos. Mientras nos acercábamos había observado una especie de jaulas de hormigón por lo que me dirijí hacía allí para aparcar la moto. Antes de bajar del todo una señora corría hacía nosotros pidiéndonos el importe de la entrada de menos de un euro.

Siempre me han fascinado estos animales (más tras haberlos desafiado sin ser consciente en las playas las islas Andamán) y en esta granja los había en tal cantidad que literalmente se apliaban uno encima de otro. Los había de todos los tamaños y formas, podías observar desde crías de cocodrilo, a ejemplares de más de 3 metros, pasando cocodrilos jorobados debido a algún tipo de tumor o malformación.

Acojona pensar que puedas caer aquí...

Acojona pensar que puedas caer aquí…

Cocodrilo con ganas de dar bocado

Cocodrilo con ganas de dar bocado

Una cosa que llamaba nuestra atención era observar como las jaulas estaban abiertas, existiendo una especie de terraza desde la cual podias dar de comer a los cocodrilos. Yo imaginaba la puerta sería flanqueada únicamente por los profesionales del lugar pero como Vicky se cree Fran de la Jungla y a veces insiste tanto, decidí probar a entrar en una de las jaulas (durante pocos segundos) para echarles de comer alguna que otra fruta…

Cocodrilo dando bocados...

Cocodrilo dando bocados…

Tras acojonarme un poco sintiéndolos tan cerca y al ver que ningún otro visitante lo hacía y observar como el tamaño de los cocodrilos iba aumentando, pensé que era mejor dejar de jugarnos la vida sin necesidad.

Vicky se encargó de hacer un reportaje fotográfico digno de Discovery Channel, estoy deseando enseñar las fotos a mis sobrinos haciéndoles creer que me atreví a nadar entre cocodrilos…¡van a flipar!

cocodriloposando

Cuando llegó la hora de comer decidimos empezar el camino de vuelta hasta observar mi bandera dejavú. Una especie de dejavú forzado me había hecho parar para hacer de aquel objeto un regalo y, menos mal que nadie me vió porqué daba miedo imaginar la ofensa que puede parecer un acto del estilo para la gente del lugar, pero me había encantado tanto Vietnam y sus gentes que necesitaba un recuerdo como esté.

mibanderon

ún quedaban cosas por descubrir...

ún quedaban cosas por descubrir…

Pocos minutos después de aquella pausa, animados por el hambre de nuestros estómagos y reconociendo por el mapa que nos encontrábamos en Thom Beach, observamos un restaurante que se perdía frente a la playa. Nos acercamos observando como existían pequeños porches con mesas y hamacas desde las que disfrutar tanto de buenas vistas como de al parecer, riquísima comida del lugar (pescada a pocos cientos de metros). Sería la mejor comida de toda la isla a un precio baratísimo (según lo que habíamos visto), por 4 dólares comimos los mejores Seafood Noodles de todo el viaje.

Restaurante en la playa de Thom Beach

Restaurante en la playa de Thom Beach

Thom Beach

Thom Beach

A la vuelta piscina y relax en el hotel para seguir cargando energías que aún quedaba mucho por ver.

Relax por la playa de Vung Bau y visita al mercado auténtico

El día siguiente descansaríamos y tomaríamos el sol en Vung Bau, nuestra playa preferida, a la vuelta antes de pasar por el hotel para cambiarnos e ir a cenar, habíamos decidido dar un paseo por aquello que nos había parecido un gran mercado bajo el puente que atravesaba el río en Duong Dong.

Si el night market era un lugar dedicado a los turistas del lugar (en su mayoría Vietnamitas), este mercado era el original y puro de las gentes del lugar. Si había que comprar pescado para vender en el night market el pescado se compraba aquí, lo mismo si necesitaban pollo, vegetales o fruta o disfrutar de una buena comida familiar. Era un lugar auténtico en el que, como no, no podían faltar las (en ocasiones) odiosas motos…

Mercado (diurno) de Duong Dong

Mercado (diurno) de Duong Dong

Mercado (diurno) de Duong Dong

Mercado (diurno) de Duong Dong

Mercado (diurno) de Duong Dong

Mercado (diurno) de Duong Dong

Cansados de tanto ruido y del estrés generado al conseguir constantemente no ser pisado o atropellado por uno de estos vehículos, decidimos pasar por casa para cambiar de mercado y disfrutar otra noche más del mercado nocturno.

Bajando al sur-suroeste, la prisión Coconut o el guantánamo vietnamita y la playa más larga de la isla

El día siguiente lo dedicaríamos en explorar el resto de la zona sur. Nuestro primer destino sería una de las prisiones más violentas de la guerra de Vietnam, la que según la historia, sería el mejor ejemplo de guantánamo en el sudeste asíatico, la conocida como coconut prison.

Mucho perro...

Mucho perro…

Coconut prison

Coconut prison

Su nombre, prisión coconut, venía dedicado a los VietCong, los comunistas del norte de Vietnam, los conocidos para los americanos (y rivales suyos) como Cocos Vietnamitas, en alusión despectiva del “coco”, ese ser que se dedica a asustar a todo ser humano desde niño…

En esta lugar pudimos observar las fuertes medidas de seguridad de la época, la estructura del recinto (con barracones muy parecidos a los campos de concentración nazis) , los diferentes métodos de tortura utilizados y lo que más llamó mi atención y me soprendió gratamente, el tunel original por el que escaparón varios de sus presos.

Barracones de la cárcel de cocount

Barracones de la cárcel de cocount

El tunel original

El tunel original

Entre los métodos de tortura existía la que denominaron como jaula del tigre, una especie de minúscula jaula de alambre en la que uno o dos prisioneros debían aguantar en posiciones totalmente forzadas la lluvia, el frió o el sol incesantes, disponiendo únicamente de un pantalón corto y aceptando pequeñas comidas día si y día no mientras hacía sus necesidades donde podían; un contenedor en el que se apilaban personas mantenidas a la sombra y a la intemperie sin comida durante días, junto a otro sinfín de formas de tortura cada cuál más macabra entre las que podías observar la de Vietnamita a la brasa. Todo esto te hacía observar la tristeza de la raza humana en la que nuestros gobiernos no ¡encuentran formas más ingeniosas y bonitas de llegar a acuerdos que haciendo la guerra, matando y torturando…

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Aquí indicaban algunos métodos de tortura

Aquí indicaban algunos métodos de tortura

casi no había espacio

casi no había espacio

Contenedores con prisioneros hacinados

Contenedores con prisioneros hacinados

La luz al final del tunel...

La luz al final del tunel…

La nominada caja del tigre

La nominada caja del tigre

Menos mal que en la parte final de la carcél podías ver la luz al final del tunel, la del tunel de la huída…Así nuestro destino final del tour era este, el tunel, el lugar desde el que varios presos consiguieron dejar a un lado toda esa misería.

Finalmente...

Finalmente…

El tunel original

El tunel original

y finalmente ¡escape!

y finalmente ¡escape!

Era gracioso y bonito observar como gran porcentaje del público que nos acompañaba en la visita eran Vietnamitas, según internet seguramente muchos ex-presidiarios del lugar. Bonito darse cuenta de que el ser humano también sabe perdonar y mirar hacia delante…

Tras la cárcel decidimos aventurarnos hacía otra de las playas reconocidas del lugar, Khem Beach, un verdadero fiasco…

Fiasco seguir descubriendo la facilidad con que somos capaces de joder cosas…Una serie de hoteles entre ellos el Marriot, habían decidido privatizar y reconstruir el lugar hasta el punto de haber convertido el lugar en una especie de vertedero al que más tarde seguro decidan dar una limpieza de cara (cara al público).

Así de jodida estan dejando la playa...

Así de jodida estan dejando la playa…

Khem Beach con las construcciones hoteleras al fondo

Khem Beach con las construcciones hoteleras al fondo

Sabiendo que no se nos perdía nada allí decidimos acercarnos hacía la gran playa de Long beach, grande por su tamaño de 20 kilometros de largo pero bastante pequeña en cuanto podía ofrecer…

Pequeña porque habían dividido aquella inmensa playa en pequeños recodos privados propiedad de los tantos y diferentes resorts que poblaban el lugar. De salvaje, nada…

Playa de Long Beach

Playa de Long Beach

Por fortuna, aún quedaban muchos lugares preciosos en los que disfrutar resto de nuestra estancia en la isla.

Este primer contacto con Vietnam había dejado muy buen sabor de boca, tanto yo como Vicky esperabamos que esta “contaminación turística” pueda un día frenar para poder al menos conservar toda esa gran belleza original de la conocida isla.

Tras una semana aquí nos dirigiríamos a Camboya aprovechando un viaje paquete que ofrecían ene l lugar, por 20 dolares a persona un ferry y un autobús nos acercarían hasta Shinoukville en Camboya, en frente de nuestro siguiente destino, otra isla, esta vez Koh Rong Samloem.

Un viaje en el que nos daban todo “comido” era algo nuevo para nosotros pero tocaba aprovechar también estos regalos, quien sabe cuando o cuanto las cosas se podrían complicar…

Pronto llegaríamos a una pequeña isla de Camboya...

Pronto llegaríamos a una pequeña isla de Camboya…