La primera noche en Varkala me costó algo dormir, despertaba constantemente por el calor que sentía debido en gran parte al modo en que en aquella habitación se disponían algunos de sus elementos. En concreto el ventilador del aire acondicionado, se encontraba en medio de la habitación, daba aire a las moscas ya a mi no llegaba ni siquiera la brisa, quedaba a más de un metro de distancia de la que era mi cama.

Resulta cómico el modo en que organizan las cosas en este país al interno de una habitación, viniendo de un país bastante diferente al nuestro y conociendo el Ganga Style, seguramente todo tenga su sentido (para ellos claro), yo lo intenté comprender pero fue en vano…

En el dormitorio en que reposaba (eso intentaba) esta anormalidad iba más allá y fue el excesivo calor que sentía el que me hizo notarlo. Extrañamente y sin mucho sentido, el pedazo de acondicionador que colgaba del techo estaba instalado encima de la nada, el aire llegaba más o menos a 1 metro por debajo de los pies de mi cama, aluciné aunque poco aunque tocaba joderse…

Al despertar connoté esta peculiaridad india sobre la disposición del mobiliario en los dormitorios. Era cómico observar como la luz del cabezal de la cama se encontraba al lado de la puerta pero lo más lejos posible de la cama, y sucedía lo mismo pero al revés con la luz de la habitación. Sucedía así con todo, el enchufe para cargar se encontraba a una altura tan elevada que de no ser por utilizar mi mochilón a modo de mesilla, todo lo que intentase cargar debería quedar suspendido en el aire, aparte de esto también estaba el acondicionador que con su brisa la única función podía ser la de acercarme los mosquitos a mi cama, en fin, gracioso pero bastante inútil…

Fruto de todo lo anterior dormí fatal, al día siguiente no siendo suficiente observé como los baños tenían una ventana abierta que no podía cerrarse. Esto, unido a la disposición de los elementos y a la creciente humedad que se sentía me hizo comprender que tenía que buscarme otro sitio donde dormir ese mismo día, y rápidamente, eso hice.

Extrañamente todos los elementos de aquella noche ayudaban a que hubiera sido masacrado por los temibles mosquitos que merodean estas zonas pero no fue así, no entiendo aún porque pero (buena noticia) en Varkala no hay mosquitos.

Aproveché la wifi para hacerme una idea tanto de los precios como de la zona más aconsejada para buscar dormitorio, ayudándome de mi situación en el mapa y las indicaciones que había recibido el día anterior. Según los locales, la zona bonita de esta ciudad eran los Cliffs (acantilados) que se encontraban encima de la playa de Varkala. Observé en el mapa la distancia que me separaba y no era mucha, así que pagué por aquella noche hice mi mochila y hacía allí me dirigí.

Varkala Cliffs

Varkala Cliffs

Minutos más tarde, justo en la zona indicada encontré un apartamento en la guest house Happy Land que me convenció. La habitación estaba bastante limpia y disponía de una pequeña terraza a la que acompañaban imágenes de budha, esto junto con un pequeño descuento que conseguí y conocer a los simpáticos chavales que gestionaban el lugar me hicieron muy fácil la elección.

Guest House Happy Land

Guest House Happy Land

Una vez decidido, la siguiente meta era sencilla, ir a la playa lo antes posible, así que dejé todo en la habitación, me puse el bañador y metí un libro en la mochila, la cámara de fotos y el dinero. Tocaba explorar pero antes un buen chapuzón y algo de calma mi cuerpo lo agradecería.

Bajada a la playa

Bajada a la playa

Situado en pleno acantilado la distancia que me separaba de la playa era de pocos metros, únicamente debía bajar las escaleras. Una vez abajo diferentes personas del lugar se ofrecían a alquilar tablas de surf, boogeys, hamacas o sombrillas pero de momento no necesitaba nada de eso.

Playa de Varkala con el templo al fondo

Playa de Varkala con el templo al fondo

Vista de los cliffs desde la playa

Vista de los cliffs desde la playa

Que decir de la playa, Varkala es una de las más conocidas de la India, después de Goa creo que sea la más conocida para los turistas, y no es para menos. Habiendo disfrutado de las islas Andamán, de Goa y ahora de esta playa de Kerala, puedo decir que tras las playas de las Islas Andamán, y tal vez Arambol en Goa, la de Varkala supera al resto de playas que conozco en la india, el motivo, sus peculiares acantilados y las grandes olas que me hacían recordar las playas del país vasco.

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Con un terreno muy similar al de Goa, palmeras por doquier y esa extraña tierra color rojizo que lo inunda todo, Varkala es un bonito lugar donde perderse durante unos días y disfrutar de las playas de este subcontinente, y eso mismo haría yo.

Al llegar escribí a Iker, un vasco que había conocido en la excursión a los Backwaters. Al igual que yo también se encontraba disfrutando de vacaciones en solitario por esta zona y sabía que tenía interés en conocer Varkala así que le escribí comentándole que yo ya había llegado, me comentó que estaba dirección a Kovalam (la otra playa más conocida de Kerala) y que igual cambiaba de opinión y se venía directamente a Varkala, y eso hizo.

Lata de cerveza escondida por el camarero debajo de la mesa

Lata de cerveza escondida por el camarero debajo de la mesa

Aquella noche quedé con él y fuimos al lugar de moda (de fiesta), el Rock and Roll’a y, como era de esperar (en la india son muy estrictos con el alcohol y el ruido de madrugada), poco o nada tenía que ver con nuestra fiesta.

Cerveza KingFisher, la del pájaro

Cerveza KingFisher, la del pájaro de los backwaters

A Iker le habían comentado los propietarios de su Guest House (un lugar de clase regentado por unos rusos algo racistas con los indios según me comentó) que el lugar era un local turbio donde se reunían las peores calañas. Le comenté que veía muy difícil que fuese verdad (y si era así encantado de descubrirlo), habiendo estado anteriormente 3 meses en la india jamás encontré una fiesta parecida a la que tenemos en Europa y normalmente la gente de la india dista mucho de poder ser denominada calaña o peligrosa.

Rock & Rolla, el local de moda en Varkala

Rock & Rolla, el local de moda en Varkala

Al llegar lo imaginado, un local al abierto en lo alto de los acantilados, con algo de música, gente sentada y pocas personas bailando eso sí, a lo loco (aprovechando el poco tiempo que tendrían a disposición antes que la policía llegase para cerrarlos). Fue gracioso observar que más o menos la mitad de la clientela eran indios intentando ligar con las pocas extranjeras (podían contarse con los dedos de la mano) que se encontraban en el pub, iban a machete, y bien hacían conociendo un poco las costumbres de este país en cuanto a matrimonio y sexo..

Intentamos bailar un poco aunque el cansancio y el volumen de la música no ayudaban en absoluto así que poco más tarde, nos dirigimos hacía nuestros apartamentos. Era bonito aunque a mi parecer algo peligroso caminar por los acantilados que bordeaban la playa casi completamente a oscuras (menos mal que los policías controlaban que nadie bebiese demasiado).

Policia india cerrando locales, ¡atento a sus porras!

Policia india cerrando locales, ¡atento a sus porras!

El día siguiente lo aproveché para ir a la playa y por la tarde cortarme el pelo (ya lo tenía largo y aquí hacía calor) disfrutar de la ciudad y observar sus peculiaridades.

Tras pasar la mañana en la playa y disfrutar con sus olas y paisajes, subí las escalares para comer y más tarde dirigirme hacía el pequeño poblado que se encontraba junto a la playa adyacente. Para comer elegí un tibetano llamado Himalaya que estaba justo al lado de mi Guest House y hacía (pronto lo descubriría) unos momos alucinantes.

Momos tibetanos del Himalayan

Momos tibetanos del Himalayan

Tras comer me dirigí a un pequeño poblado a un lado de la playa en el que entre otras cosas se encontraba un retiro de Osho (uno de los gurús de meditación más conocidos del mundo). Paseé y pregunté por donde podía cortarme el pelo, el único lugar estaba a más o menos medio kilómetro caminando y hacía allí fui.

Confiaba en que el corte fuese decente ya que observando a los hindús su estilo de corte de pelo es bastante parecido al occidental clásico, nada que ver con los chinos y el mal recuerdo que me trae el día que en Roma decidiría probar a cortarme el pelo gastando menos dinero (en aquellos tiempos me cortaron al estilo chino, algo parecido a que te pongan una palangana en el pelo y corten en circulo)…

En la pelu india

En la pelu india (debo decir que el gran texto STERILIZER daba bastante confianza)

Entre en la peluquería y un señor muy amable se dispuso a cortarme el pelo, por fortuna mantenían la higiene y no hubo el menor problema.

Al terminar me dirigí de vuelta a la playa y, justo al llegar a ella observé como diferentes shadus, santones indios, disfrutaban del sol bajo pequeñas sombrillas sobre aquello que parecían “tumbas”, era raro pero la forma era esta. Observando más a fondo vi incluso a otro shadu que se dedicaban a crear nuevas “tumbas” sobre las que reposar. Más tarde me daría cuenta de la utilidad de estas porciones de arena, venían usadas para realizar una especie de rituales junto a sus fieles.

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Tumbas o hamacas para rituales hindús

Shadus y ritualse

Shadus y ritualse

Se acercaba la hora del atardecer así que decidí acercarme a los acantilados por la zona de la playa mientras observaba la gran cantidad de hindús que se encontraban en el lugar a estas horas. Por la mañana eramos casi todo turistas los que disfrutábamos del sol, pero, por la tarde, la mayoría eran hindús jugaban o descansaban esperando el baño que el sol se iba a dar también en unos pocos minutos.

Playa junto al poblado

Playa junto al poblado

Mujeres indias disfrutando del atardecer

Mujeres indias disfrutando de la playa

Atardecer en Varkala

Atardecer en Varkala

Me hizo gracia ver más de cerca a los vigilantes de la playa indios. Si pruebas a imaginarte cuál puede ser su aspecto no darás en el clavo ni en varias tandas. Vestidos hasta las cejas, con gorra o pañuelo al cuello, disponían uno de un altavoz y el otro de una bandera roja, artículos con los que llamar la atención de un modo que tampoco podrías imaginar.

Vigilantes de la playa

Vigilantes de la playa

Mientras el uno activaba el altavoz del cuál salía el sonido de una ambulancia, el otro daba gritos y ondeaba su bandera, este era su modo de llamar la atención para explicar a los bañistas que debían salir del agua.

 

el de la bocina

el de la bocina

el de la bandera

el de la bandera

No sólo se ocupaban de los bañistas sino también de imponer el orden, por esto de vez en cuando reñían a unos y a ortos, normalmente niños.

Niños reprendidos por los vigilantes

Niños y vigilantes

También es interesante observar la indumentaria del hombre de Kerala, normalmente con falda larga que cuando le apetece y necesita convierte en una especie de minifalda,

Hombres con faldas

Hombres con faldas

Tras el recorrido por la playa subí a disfrutar esta vez de los acantilados y el gran número de comercios (hay también un pequeño bazar) y locales que allí se encuentran, aprovechando entre otras cosas para obtener información que me ayudase a preparar mi siguiente objetivo, llegar a Hyderabad el 15 de Enero, día y lugar en que me encontraría con Vicky.

Así pasé allí 4 bonitos y relajantes días observando atardeceres, disfrutando de los acantilados y sus vistas, la gran cantidad de vida y su fabulosa playa. Varkala es un lugar que recomiendo y si he de usar un pero sería decir que esta no es la verdadera india.

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En un país como la india me parece totalmente necesario disfrutar de lugares como este pero no es un lugar donde pasar varias semanas, para ello, más bonito, barato (el viaje) y cómodo, pueden ser las Islas Canarias o más aún las Baleares e incluso la costa mediterránea. Varkala es una playa muy bonita y enigmática con sus distinguidos acantilados pero no encontrarás allí la pureza de la india, tal vez por ello al 2 día comencé a pensar en mi siguiente destino…

Era día 9, tenía una noche más de alquiler y no sabía por donde tirar, hasta que me hablaron de unas espectaculares e impresionantes plantaciones de té a casi 2000 metros en la montaña, a bastantes horas de allí en el noroeste de Kerala: Munnar, este sería mi siguiente destino.

Ya de noche, tocaba pensar en el siguiente destino

Ya de noche, tocaba pensar en el siguiente destino

 

Si te ha gustado el post, tal vez pueda interesarte conocer de primera mano el viaje que reflejé en mis diarios en Aventuras en el Sudeste Asiático y la India.