Dejábamos las islas Perenthian atrás y nos dirigíamos a otras islas, pero esta vez en el lado opuesto del país, en el Oeste, un lugar conocido como Pangkor que, aunque sabíamos difícilmente pudiese darnos ni la mitad de cuanto las Perenthian nos habían ofrecido, esperábamos nos llenase de algo de paz…

Personalmente no conozco islas tan increíbles y llenas de vida como las Perenthian, una isla espectacular y seguramente uno de los mejores rincones del mundo en el que perderse durante algo más de una semana (como era nuestro caso).

Tiburones de punta negra, nemos, enormes barracudas y peces de todos los colores, monos araña, zorros voladores, ardillas, trekkings por una espesa y preciosa jungla, aguas cristalinas, playas de ensueño y una gastronomía deliciosa…un verdadero regalo dentro del planeta tierra.

Y desgraciadamente Pangkor bastante poco tendría que ver con ello…

Llegábamos con la intención de pasar el resto del viaje aquí y aún nos quedaban más de 10 días, pero la intención cambiaría en cuanto apreciamos las asombrosas diferencias entre nuestro último destino y reconocimos que no podía ser aquí donde terminásemos este bonito viaje…

La isla no tenía nada de especial, sus aguas eran sucias y verdosas, sus playas igualmente dejadas y sin ningún aliciente especial, y para colmo el lugar estaba a rebosar de locales realizando deportes acuáticos o divirtiéndose (vestidos) en sus aguas.

Se nos hacía difícil comprender el motivo de tanto puesto ambulante y alquiler de snorkel, aletas o salvavidas, en aguas donde difícilmente podías observar nada (a no ser de plásticos o basura desperdigada por el lugar). Se nos hacía complicado también comprender como algunos foros hablaban bien de un lugar tan dejado y abandonado, y más teniendo en cuenta las pedazo de islas con las que cuenta el país Malayo, seguramente entre las mejores del mundo.

Aprovechamos para conocer la (según los locales) playa más bonita del lugar, la Coral Beach, un lugar que, más aún viniendo de donde veníamos, nada especial parecía tener por ofrecernos.

Coral Beach en la isla de Pangkor

Habíamos reservado tres noches en una bonita cabaña en el Pangkor Waterfall Resort, seguramente uno de los mejores lugares de la isla, y así en la calma de ese fantástico rincón, pudimos descansar y descubrir la fauna local, entre ellos bonitos y simpáticos monos y el más reconocido animal de Pangkor, prácticamente su mascota, el Horn Bird o Pájaro Cornudo, un simpático pajarraco al que pude incluso darle de comer…

 

 

El Horn Bird o pájaro corundo

El segundo día lo dedicamos para estudiar la isla en moto y reconocer que poco parecíamos haber perdido en este rincón del oeste de malasia, y así convencidos estudiamos las opciones para continuar y finalizar como debíamos nuestro viaje.

Móvil en mano estudiamos las opciones más cómodas y también las más baratas. Conocíamos los mejores rincones de Malasia y únicamente nos quedaban algunas islas por explorar, entre ellas Langkawi parecía la más cercana y cómoda. Aunque habiendo conocido las aguas e islas de esta zona del país (Penang y Pangkor) y nos temíamos que, sabiendo que Langkawi era la preferida no solo por los malayos sino también por buen número de turistas, seguramente no sería el mejor lugar en el que acabar el viaje…

Esperábamos tener más suerte con nuestro próximo destino…

Seguimos investigando y así surgió un nombre y lugar desconocido, una isla conocida como Pulau Weh esta vez en la punta más al norte de Sumatra en la vecina indonesia. Un lugar que pronto nos dejaría boquiabiertos…