• Datos del GPS del coche y las llamadas de teléfono de decenas de miles de ciudadanos revelan que nos dividimos en dos clases de personas: exploradores y ‘regresadores’

redes

Parecen redes neuronales pero no, son los viajes emprendidos desde las ciudades italianas de Pisa (azul) o Florencia (rojo).

Con los avances de la tecnología, es mucho más difícil pasar desapercibido…

Hace pocos días un amigo me explicó cómo mediante el complemento Location History de Google Maps, podías observar tu historial de caminos recorridos. Sin saberlo, google, había registrado mis idas y venidas y mediante esta funcionalidad podía observar cuáles eran mis movimientos.

Cómo todo en la vida, de cada cosa puedes sacar sus lados buenos y los malos.

Un lado bueno por ejemplo lo ví en las noticias hace pocos días, un loco, presunto asesino de dos chavalas, escapaba a Rumanía. No sabía que el tener encendido su teléfono móvil iba a ser el error que llevaría a la policía a su detención. Otro ejemplo sería el que tratamos en este post.

Otro malo puede ser por ejemplo el que el uso de estas cosas pueda llevar a que tu pareja quiera convertirse en el inspector gadget.

Personalmente, el que otros puedan saber más de mí que yo mismo, no me gusta demasiado.

Dos científicos: Luca Pappalardo, del Instituto de Ciencias y Tecnologías de la Información de Pisa, Italia, y Albert-László Barabási, de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston. Llevan años observando esta información, hasta el punto que han revelado que hay dos tipos de personas: Personas exploradoras y personas regresadoras (que suelen realizar los mismos caminos). Lo quieras o no, tus hábitos no tienen secretos para el big data.

La conclusión se fundamenta en bases de datos exhaustivas de la movilidad humana: 46.000 coches y 67.000 personas. Estos científicos llevan años examinando el comportamiento colectivo de los humanos, sus regularidades predecibles y sus caprichos enigmáticos, movidos por paradojas lacerantes como esta: cada persona es un mundo, pero las manadas de personas se vuelven altamente predecibles.

Sus datos, que presentan en Nature Communications, resuelven una paradoja de los modelos de movilidad humana construidos hasta ahora al mostrar, con su masa de datos y unas matemáticas más sutiles que las empleadas anteriormente, que hay dos perfiles diferenciados de manera nítida en la actitud viajera de los humanos: los regresadores (returners) y los exploradores.

Regresadores: Los regresadores se mueven solo entre unos pocos lugares: su casa, el trabajo, el parque y poco más.

Exploradores: Los exploradores se pierden por ahí, entre Pisa y Florencia (ahí se ha hecho el estudio), entre Pinto y Valdemoro y desde Santurce a Bilbao, sin que nadie sepa predecir su escapada de mañana por la mañana.

Los científicos muestran que los regresadores y los exploradores pueden tener unos papeles muy diferentes en la propagación de las epidemias, y sus datos indican que Dios los cría y ellos se juntan: los exploradores tienden a establecer relaciones sociales con otros de su misma calaña dinámica; y lo mismo para los más sedentarios regresadores.

Relacionarse con alguien que corre más que tú siempre ha sido fastidioso, aunque solo ahora se haya demostrado matemáticamente.

Estos datos demuestran que cada persona es un mundo, pero las ‘manadas’ de personas se vuelven altamente predecibles.

“Sorprendentemente”, dice Pappalardo a EL PAÍS, “todos los individuos son altamente sistemáticos y predecibles en su movilidad, y podemos predecir sus movimientos futuros con una precisión chocante; esta es una de las razones de que las masas sean también predecibles”. Respecto a las diferencias entre regresadores y exploradores, añade: “Aunque sean menos predecibles que los regresadores, los exploradores también se vuelven predecibles si los observas durante bastante tiempo”.

Sobre la falta de intimidad que nos aqueja, Pappalardo asegura: “Los datos que nos han facilitado las compañías telefónicas y de GPS, los usuarios están anonimizados, que significa que las empresas no nos han suministrado ninguna información sobren quién son los usuarios; esto es una exigencia de las leyes europeas de anonimato; ¡es extremadamente importante que los big data se utilicen para el bien común y para la ciencia en abierto!”.

Explorador o regresador: apaga el gps de tu móvil antes de que te localicen!