Llegaríamos sin saberlo a una de las ciudades más conocidas de Apulia, uno de los rincones más fantásticos de toda la región.

Salimos de Nardó dirección Otranto con la intención de visitar este pueblo costero y donde poder disfrutar no solo de sus aguas cristalinas y su costa, sino también de su historia y su casco histórico tan peculiar.

Dentro de las murallas que recorren la ciudad, puedes encontrar infinidad de callejuelas entre las cuales, preciosas y blancas casas te trasladan a Grecia, su país vecino.

Recorriendo su muralla, desde las alturas se pueden apreciar de los cercanos Balcanes, observando la figura de las montañas de Albania a tan solo 70 kilómetros de distancia.

Esta ciudad llamada Otranto, también se conoce como “la puerta de Oriente”. Fue fundada por los colones procedentes de la isla de Creta, y más tarde se convertiría en un municipio romano hasta el 757 d-C, cuando fue conquistada por los lombardos. Estuvo también bajo el dominio de los bizantinos, y en el siglo IX se convirtió en la capital de la Terra d’Otranto, durante siglos fue uno de los puertos más importantes hacia Oriente.

Pasando a manos de Aragoneses, Venecianos, franceses y siempre bajo la amenaza de los Turcos, terminó siendo abandonada y transformando en pantano gran parte de la zona, difundiendo la malaria de manera implacable.

Fue a final de siglo XIX y gracias a las obras de recuperación junto a las zonas de riego, cuando Otranto volvió a florecer gracias a la agricultura y pesca, hasta que, a mediados del siglo XX se abriría al turismo, consiguiendo dejar boquiabiertos a sus visitantes gracias a su historia, murallas e increíbles playas que rodean la ciudad.

Qué hacer

Pasear por el centro histórico

Sin  duda en una de las ciudades más preciosas y mejor conservadas de la Puglia, donde la mejor opción es dejarse llevar recorriendo su fabuloso centro histórico.

Entrando por la puerta del mar, una entrada natural nos da la bienvenida a su antiguo centro y nos permite subir los bastiones hasta alcanzar el castillo de Otranto.

Este castillo está rodeado por un amplio foso y protegido por tres torreones cilíndricos. Fue construido por los Aragoneses en 1485-89 para proteger la ciudad después de habérsela quitado a los Otomanos. Hay un puente levadizo desde donde se puede acceder al interior del castillo viendo como desembocan todas las estancias en su gran patio.

Recorrer sus murallas, apreciar la altura de las diferentes torres de las que se compone este inmenso castillo y atravesar su puente levadizo hasta la entrada, son algunas de las cosas que podréis hacer en este precioso lugar.

Tras la visita al castillo y alrededores, de camino al “lungomare” encontraréis la “Catedrale dell’Annunziata”, una joya de la arquitectura románico-pugliese, que fue edificada en el 1080-88. Su fachada está dominada por un rosetón de estilo gótico-árabe del siglo XV y de un portal barroco del 1764.

Lo más interesante se encuentra en su interior, donde entre otras cosas se halla la capilla de los mártires. A la derecha del altar mayor, aun pueden observarse huesos de las víctimas de la masacre turca, toda una obra maestra, donde tras unas vitrinas acristaladas puedes ver los esqueletos y cráneos de más de 800 cristianos que en 1480 fueron tristemente masacrados por los turcos.

Un mosaico cubre todo el suelo, un dibujo que representa el árbol de la vida sostenido por dos elefantes indios, en cuyas ramas se extienden bestiarios medievales, escenas bíblicas o signos del zodiaco. Una leyenda cuenta que quien entienda su significado olvidado habrá descubierto el lugar donde se esconde el Santo Grial.

Relájate paseando por el “Lungomare Degli Eroi”

Sin duda un paseo en el cuál perder la noción del tiempo, un lugar desde donde podréis disfrutar de unas vistas increíbles a las aguas cristalinas de su bahía, a un lado, y al otro su centro histórico.

Durante todo el recorrido encontraréis infinidad de cafeterías y restaurantes que ofrecen helados caseros e increíbles terrazas donde poder sentarse para disfrutar de alguna bebida refrescante.

Báñate en sus aguas cristalinas

Después de haber recorrido su centro histórico, pasear por su precioso “lungomare” e incluso puede que te hayas animado a probar uno de sus increíbles helados, no hay mejor manera para terminar la visita a la espectacular ciudad de Otranto, que hacerlo disfrutando de sus playas de agua cristalina.

Da igual donde decidas darte un chapuzón, toda la costa que baña este increíble rincón de la historia está compuesta de colores turquesas que te dejarán anonadado.

Mientras estés disfrutando de sus aguas, empápate también del majestuoso paisaje que este lugar te regala. Podrás disfrutar también del pueblo y sus murallas, las blancas casas que se apilan en su interior o, mirando hacia otro lado, descubrir a lo lejos las altas montañas de los Balcanes. 

Información útil

Moverse en coche

– Si como nosotros tu medio de transporte es el coche, te recordamos de nuevo que tomes mucha precaución al volante.

Sobre cómo llegar y aparcar, Otranto te da facilidades, pudiendo dejar el coche fuera del centro histórico pero sin tener que caminar mucho, encontrarás parkings muy cercanos donde empieza la zona peatonal.

Si buscas playa

Un lugar ideal si buscas historia, buenos paseos, increíbles vistas y también playas fantásticas donde refrescarte disfrutando de sus aguas cristalinas.

Depende de la temporada, encontrarás zonas donde no verás masificaciones, para poder disfrutar del sol y la tranquilidad del mar.