Dejamos atrás La fortuna, sus cascadas y su imponente volcán llamado El Arenal para empezar a trazar nuestra nueva ruta hacia la costa del pacífico. 

Podría decir de nuevo que fue una odisea llegar pero para no repetirme diré que fue algo durillo poder al fin tocar el mar después de tanta montaña.

El trayecto de La Fortuna a Jacó (nuestra primera parada en la costa del pacífico) duró más de 7 horas, y se quedaría en esta frase si no fuera porque en esas horas tuvimos que subirnos y bajarnos de un autobús hasta en 3 ocasiones.

La Fortuna-San Ramón- Puntarenas – Jacó.

Llegamos a nuestra zona costera algo exhaustos pero con energía suficiente como para dejar nuestras cosas en la habitación tras hacer el check in en el hotel “La Hacienda” y salir corriendo a la playa (que ya le teníamos ganas).

El atardecer nos dejó anodadados, no pudimos ver la playa de día pero llegamos justo para la puesta de sol más bonita que he visto aquí en Costa Rica.

Ese día pocas energías nos quedaban así que tras el ocaso nos fuimos al hotel a descansar para al día siguiente despertar con más ánimo y energía.

Despertamos al día siguiente sobre las 7 de la mañana, dormimos lo suficiente como para despertar de un brinco, ponerlos los bañadores y salir escopeteados en busca de mar y sol (ya necesitábamos esa vitamina C en nuestros cuerpos).

Primero subimos al “restaurante” del hotel para desayunar (nos entraba con el precio desorbitado que tienen) pensando que nos sorprendería y vamos si lo hizo pero para mal.

Las cantidades eran de risa, para una persona que come poco está bien pero para las personas de apetito normal se quedan cortos. Además estaba el que gestiona el hotel vigilando a las chicas que ponían las cantidades no fuera cosa que se pasaran y nos pudieran una cucharada más de huevo revuelto.

El desayuno era una cucharada de revuelto de huevo, dos trozos de plátano frito (dos rodajas), arroz con frijoles (un puñado) y dos mini trozos de pan bimbo. 

Tras el tentempié de la mañana nos dirigimos a la playa y decidimos ir hasta el extremo de esta, así que empezamos a caminar y caminar y caminar… y cuando nos dimos cuenta habíamos caminado unos cuatro kilómetros. La playa de Jacó es larguísima y perfecta si lo que quieres es relajarte, caminar y no estar rodeado de gente.

Aquí hay espacio para todo el mundo y al ser tan larga hace que parezca una playa solitaria. Lo malo y lo que a mí en particular no me gustó, es que la arena es tan oscura que cuando te metes en el agua no te ves ni los pies y eso en una zona tan salvaje y donde los cocodrilos de vez en cuando se asoman por las playas pues… me daba un poco de cosa meterme.

Sergio se aventuraba más que yo y llegaba hasta la ola con la que se divertía ocmo un niño dejándose arrastrar por ella hasta la orilla (donde estaba yo refrescándome como las abuelas).

Ese día disfrutamos del sol y de la brisa del mar, de la tranquilidad y de la soledad en esta playa tan salvaje y solitaria del pacífico. 

Aprovechamos para hacer un parón y comer un casadito para agarrar de nuevo fuerzas y seguir caminando y recorriendo la extensa playa pero esta vez hacia el lado opuesto al que habíamos ido.

Llegamos a la otra parte una que me gustó mucho más, rodeada de rocas, palmeras gigantes y olas que te refrescaban. Allí encontramos a un señor Tico muy gracioso y amigable que nos explicó muchas cosas sobre Costa Rica. También nos alertó (esto nos genera curiosidad siempre porque todo el mundo nos alerta de que vayamos con mucho cuidado y que nos cuidemos mucho). 

Al parecer los últimos años aquí en Costa Rica la delincuencia se ha visto aumentada y son muchos los turistas que han sufrido robos incluso a mano armada.

Nosotros de momento no hemso tenido ningún susto pero también porque nos cuidamos, intentamos no salir de noche a pasear y llevamos lo justo encima.

Otra cosa que nos llamó la atención fue ver que había ríos que desembocaban a la playa y la tranquilidad de las personas afirmando que allí no había cocodrilos. Si ahora mismo buscas “ataque cocodrilo playa Jacó” en google, verás porque estaba tan “cagada” de meterme en ese agua tan oscura… 

El señor nos habló un poco de su vida, de sus viajes por Cuba, Salvador, Nicaragua y nos recomendó visitarlo pero que si nos animábamos a ir al Salvador tenía que ser con escolta… así que de momento tachamos de nuestra lista estos destinos que seguro son una auténtica preciosidad pero a la vez de peligrosos. (Jna pena).

Después de este encuentro Tico nos marchamos a seguir con nuestro relax tumbados en la arena y disfrutando del simple hecho de no hacer nada más que leer y descansar.

Ese día terminamos recorriendo unos 18 kilómetros entre ir y volver de un lado a l otro de la playa (ideal para la operación bikini 🙂 )

Al día siguiente lo dedicamos en exclusiva a prácticamente lo mismo, disfrutar del simple hecho de no tener que hacer nada. Leer, caminar y tomar el sol fueron nuestros únicos trabajos a realizar.

Jacó es un buen lugar donde pasar algunos días si tu objetivo es estar en la playa, pasear o hacer surf, pero no tiene mucho más. También es conveniente saber que es uno de los lugares más caros de Costa Rica (nosotros no lo sabíamos) y los restaurantes de la zona tienen precios bastante desorbitados y encarecidos hacia el turista. 

Si te apetece aventura o quieres ver más lugares ya tienes que pensar si contratar un tour o alquilar un coche o moverte en trasnporte público hacia otros lugares de la zona.

Nosotros como veníamos de La Fortuna y ya habíamos estado en un parque nacional nos apetecía estar más tranquilos y movernos nada o poco. Así que el único tour que contratamos fue para ver cocodrilos ya que el lugar donde más cocodrilos habitan por metro cuadrado en Costa Rica está a unos pocos kilómetros de Jacó, en Tárcoles.