Tras tres días dando vueltas “diurnas” por el centro de San José (la ciudad no tenía mucho más por ver y al parecer tampoco era muy segura), nos dirigimos a un lugar llamado La Fortuna, un pequeño pueblo a 4 horas en autobús desde San José, en el que según habíamos investigado VIcky y yo, podríamos disfrutar de algunas de las maravillas de Costa RIca, una de sus más altas cataratas llamada La Fortuna, el Volcán Arenal y su parque natural, hot springs -que vendrían a ser aguas termales- y si teníamos suerte unos cuantos bichos.

Nos alojamos en un pequeño pero bonito apartamento llamado Cabinas Arenal Z13, bajo las faldas del volcán, un lugar fabuloso en cuanto a vistas y naturaleza, y con todo lo necesario para disfrutar tanto de la naturaleza como de la paz del lugar.

Para llegar tomamos un bus saliendo temprano desde San José pagando unos 5000 colones por dos billetes, unos 4 euros billete, y a eso de la 13 llegamos a La Fortuna.

Una vez aquí aprovechamos para descansar ya que todavía sufríamos el Jet Lag e incluso Vicky tenía un poco de fiebre (al día siguiente nos daríamos cuenta de que había pillado una gripe suave ya que coronavirus no podía ser al haberlo pasado los dos hace poco más de un mes).

Muy cansados pero también animados al dejar la caótica y algo sosa San José, aprovechamos ese día para investigar lo que podríamos hacer durante los 3 días siguientes que estaríamos en este lugar.

Así decidimos aprovechar el día siguiente para visitar las cataratas de La Fortuna a las que podíamos ir a pie e ir viendo que haríamos los días siguientes.

El camino de nuestros apartamentos a las cataratas sería de poco más de 4 km, pero entre la cuesta y nuestras ganas por observar la fauna y la flora del lugar, la ida y vuelta nos llevó la entera mañana.

Por desgracia no era un camino rústico o de campo sino la misma carretera por la que pasaban algunos coches. Al menos no era la principal con lo que no había muchos coches, pero seguramente un camino campestre hubiera sido mucho más divertido.

Durante el camino nos hizo gracia observar que existían diferentes señales indicando a los coches de ralentizar para dejar pasar a los animales que allí podías encontrar. Nos asustó un poco ver que en alguna de estas señales el dibujo no era el de una vaca o un mapache, sino el de una pantera…con lo que decidimos acercarnos a un espacio privado cercano en el que parećia haber un parque para asegurarnos de no encontrar panteras por el camino…

Señales de peligro La Fortuna

Les hizo gracia la pregunta y nos aseguraron que no había peligro alguno, aunque nos dijeron que no nos aventurásemos por la selva ya que de camino al Cerro Chato (un antiguo volcán extinto cercano al activo volcán del Arenal) se habían visto algunas panteras. Para ser corteses también preguntamos por los tours que realizaban, y tras tragar saliva al escuchar precios desorbitados (unos 100 dólares por un paseo de pocas horas), comentamos que lo pensaríamos los días siguientes y decidimos seguir nuestro camino.

El resto de la caminata fue muy tranquila y nuestro único imprevisto fueron algunos perros que protegían las casas de un pequeño poblado que seguía este mismo sendero.

A menos de un kilómetro de las cataratas vimos un puesto de tours turísticos, y a Vicky se le ocurrió preguntar (yo no estaba mucho por la labor porque imaginaba que los precios seguirían siendo desorbitados), pero hicimos bien, el chico era un nicaraguense llamado David, muy simpático y amable, y parecía que podía encontrarnos buenos tours a muy buen precio.

Tras escuchar las opciones había dos que nos llamaron mucho la atención: 

  • Un tour por el parque del volcán Arenal en el que haríamos trekking por la jungla, saltos al rio lanzados con una liana estilo tarzán, comida local + orujo local y terminar en unas aguas termales. Tour + transporte con recogida y dejada en nuestro hotel por 45 dólares a persona.
  • O otro tour parecido pero que hacía la visita por otro volcán más lejano dentro del conocido como Parque volcán Tenorio donde además de todo esto podríamos apreciar un río conocido como el río celeste debido al sorprendente color de sus aguas, celestes por causa de la química volcánica. Este tour también contaba con transporte y comida pero al estar más lejos (una hora de ida y otra de vuelta) costaba 65 dólares.

Teniendo en cuenta los precios conocidos hasta la fecha (50 dólares por hora y media de caminata en un recinto cerrado o un tour nocturno de unas 3 horas por más de 100), nos dábamos cuenta de que difícilmente encontraríamos algo mejor. Ahora nos quedaba la visita a la cascada para pensar y elegir cuál sería nuestro tour del día siguiente.

David también nos comentó que si teníamos suerte de camino a las cataratas podríamos ver algún que otro tucán e incluso algún perezoso, así que nuestro medio kilómetro de subida lo hicimos seguramente en más tiempo del normal, pero tuvimos suerte y vimos 2 o 3 preciosos tucanes. Fue difícil fotografiarlos por lo rápido de sus movimientos y los frondosos árboles.

Poco más tarde llegamos a la preciosa cascada…

Y como no podía ser de otra manera había que pagar para entrar (por lo que estamos viendo los turistas pagan si o si por casi todo, y los precios no son nada oportunos, como fue el caso). En este caso eran 18 dólares por persona para observar una bonita catarata y bajar 500 escalones. 

Lo hicimos porque estando aquí nos parecía una tontería no hacerlo, pero habiendo visto más cataratas o espacios parecidos gratis o pagando bien poco en otros países, creo que el precio duplica o triplica lo que debería costar realmente.

Reconociendo el elevado gasto no quedaba otra que disfrutarlo durante un buen rato y darse un chapuzón en sus aguas, teniendo siempre cuidado de no acercarse demasiado a la cascada porque de hacerlo así era más que probable que no pudieras salir, y en el caso la cascada te cayese encima podría ser parecido a que lo hiciera un edificio de varios pisos…

Tras unas fotos, un chapuzón y disfrutar de las vistas, Vicky y yo elegimos este lugar para comer el bocadillo que habíamos preparado en nuestro apartamento y relajarnos un poco. También hablamos sobre los tours, y tras subir los 500 escalones, ver algún que otro tucán y llegar al puesto de David, decidimos optar por el tour del volcán Arenal ya que estábamos aquí. El volcán era precioso y habíamos podido disfrutar de sus vistas durante nuestra entera caminata, así que si veíamos algún bicho, nos movíamos por la jungla y terminábamos con un baño en aguas termales por ese precio, nos parecía una genial opción para el día siguiente.

Nada más hablar con David nos dimos cuenta de que habíamos hecho bien, no sólo era simpático sino que además nos estaba esperando para indicarnos que a pocos metros de donde él se encontraba acababa de ver un perezoso, o mejor dicho una perezosa embarazada, toda una suerte para nosotros, aunque pronto nos dimos cuenta de que sin buenos prismáticos o cámara de fotos, observarlo bien o de cerca sería un imposible. 

David nos explicó que estos animales tienen muchos depredadores como las panteras, jaguares e incluso águilas, por lo que no suelen bajar de las copas de los árboles, un lugar en el que se mimetizan muy bien y son difíciles de ver. Según él, estos perezosos bajan una vez por semana únicamente a hacer sus necesidades, y en cuanto lo hacen entierran todo lo que han sacado para que ningún depredador pueda olerlo y mirar hacia arriba hasta encontrarlo.

A simple vista aquel perezoso no era más que un punto marrón en lo alto de un alto árbol, un árbol llamado Guarumo que al parecer es el preferido por los perezosos tanto por su altura como por las grandes hojas que ocultan sus figuras. Por suerte un compañero de David tenía unos prismáticos y nos los prestó para verlo más de cerca, pero aún con esta herramienta era complicado apreciarlo en detalle, por lo que sintiéndonos afortunados por lo poco que habíamos podido ver, reservamos el tour al día siguiente y volvimos a nuestro apartamento para descansar de la caminata, ordenar algunas cosas e ir al supermercado cercano para compara alguna que otra cosa para los días siguientes.

 

Trekking por la jungla en el parque natural del volcán Arenal

A la mañana siguiente nos despertamos sobre las 8, todavía sufríamos algo de jet lag y vicky seguía con fiebre, aunque por fortuna le había bajado bastante. Tomamos un buen desayuno y nos preparamos para la excursión, y sobre las 10:30 como nos había dicho David, llego la furgoneta que nos dirigiría al tour.

Una vez en la furgo nos dimos cuenta de que excepto nosotros, todos hablaban inglés nativo, por lo que entendimos que la mayoría eran americanos o del norte de Europa, muchos de ellos en pareja y seguramente algunos de luna de miel. 

Nuestros guías eran un hombre nicaraguense muy simpático y hablador del que olvidé el nombre, y un chaval tico llamado Sebastian. 

Mientras nos dirigíamos hacía el parque natural del volcán Arenal nos fueron explicando cómo sería el tour, y una vez llegados al parque comenzó el trekking.

El día estaba lluvioso y el lugar debido a la enorme vegetación que contenía estaba envuelto en enormes nubes que cubrían el volcán. Es por eso que lo que más llamó mi atención, la de Vicky y la de la mayor parte de los compañeros de excursión, fue una mujer que decidió hacer el trekking en bikini…

Realmente alucinante ya que hacía bastante frío y a mi parecer se estaba jugando una neumonía…aparte de eso no entendía que podía estar buscando caminando en bikini por la selva, mientras llovía (con gotas frías), estábamos envueltos en una nube, y nos quedaban al menos dos horas de trekking antes del salto a lo tarzán en el río.

No tenía sentido pero ella siguió a su bola, a tiempo pasado solo espero que si ha pillado un buen catarro, pueda darse cuenta de su -desde mi punto de vista- estupidez…

Al comenzar el trekking nos dividimos y Vicky y yo fuimos junto con otras personas siguiendo a Sebastían, un chaval muy bromista y simpático que también sabía mucho de la zona.

Más que fauna vimos flora, y así Sebastían nos fué explicando los diferentes tipos de árboles y plantas que podíamos encontrar, haciéndonos entender que realmente aquello era una especie de enorme farmacia natural que servía para todo. 

 

La serpiente Bocaraca, “el beso de la muerte”

Poco antes de llegar a la zona más próxima al volcán descubrimos una bonita serpiente amarilla conocida como Bocaraca, lo que en indígena local significaba “Beso de la muerte” ya que según nos explicó Sebastían si te mordía estabas muerto. Tenías 5 minutos para que el veneno te dejase paralizado y unos 30 para que explotase tu corazón, por lo que si no estabas cerca del antídoto probablemente su picadura era letal.

También nos explicó que durante el día las serpientes reducen su actividad y esta serpiente más aún, ya que durante estos meses estaba hibernando, por lo que si no la tocabas no podría picarte, y así consiguió fotos y vídeos realmente espectaculares a pocos centímetros del mortal animal.

serpiente bocaraca

Tras esta necesaria parada continuamos el trekking hasta las faldas del volcán, y desde allí disfrutamos de preciosas vistas, mientras conocíamos más sobre la realidad de este volcán activo, el Arenal, un volcán cuya última erupción fue en 1968 por lo que según las estimaciones – una erupción cada 300/400 años- (una estadística que pueden fallar y enterrarnos bajo metros de ceniza mientras escribo estas letras) no volverá a haber otra hasta dentro de más de 300 años.

El trekking continuaba pero ahora nos tocaba descender. Algunos se lanzarían a la laguna del volcán arenal con unas lianas, mientras otros podían empezar a comer si querían, y como ni a Vicky ni a mi nos apetecía lanzarnos al agua con una temperatura ambiente de unos 15 grados, aprovechamos para comer un buen casado (la comida local) antes de seguir con la aventura.

Tras el casado los guías nos comentaron llegaba el momento de la ceremonia, una ceremonia que no era otra cosa que beber el orujo local, un orujo casero conocido como “contrabando” ya que no era legal su venta o distribución, un orujo con una preciosa historia escondida detrás que el guía me explicó poco antes en detalle tras hacerle unas cuantas preguntas…

 

La guara o el orujo de “contrabando”

orujo de contrabando la guaraEste orujo local era conocido como Guara, y según me explicó el motivo era bien interesante…

Hace cientos de años llegaron a Costa Rica muchos esclavos africanos, esclavos que el gobierno utilizó para construir buena parte de la infraestructura del país, entre ella los miles de kilómetros de vía de ferrocarril que unía las distintas ciudades y pueblos ticos.

Estos esclavos sabían como destilar alcohol de azúcar de caña en sus lugares de orígen, y siguieron haciéndolo en Costa Rica, aunque inicialmente lo harían a escondidas…

El color de este orujo o licor de caña de azúcar es incoloro, idéntico al del agua, por lo que tras decenas de horas de trabajo diario los esclavos solían deleitarse o reir sus penas bebiendo este licor, y cuando los amos les preguntaban que estaban bebiendo, ellos en su mejor inglés le respondían “Guara”, intentando decir “water” en un correcto inglés (el idioma en que comunicaban).

Este dicho se extendió durante siglos y se asoció al hecho de beber alcohol. Seguramente muchos jóvenes, maridos o mujeres comenzaron a hacerlo intentando ocultar el hecho de estar alcoholizandose, y esto se extendió hasta la actualidad. Tanto que según nuestro guía actualmente muchos ticos cuando quedan a tomar unas copas suelen referirse a ello como “vámonos de guara”.

Un casadito y otro orujo después (tomamos solo la mitad porque realmente era fortísimo), nos dirigimos a la última etapa del tour, las hot springs o aguas termales naturales del volcán, un riachuelo a una temperatura de 38 º que hacía el mejor final a la interesante y completa excursión que habíamos realizado.

Vicky y yo estábamos encantados y realmente aconsejamos a todo aquel que venga a esta parte del mundo a realizar un tour con estos fantásticos guías, aquí dejamos el link de los tours que realizan por si pueden interesaros 

 

Arenal Jungle Tours

https://bit.ly/3qKmmcB

El trekking terminaba y cansados pero contentos volvimos al apartamento para descansar y estudiar las opciones de los siguientes días.

 

Serpientes venenosas a pocos metros de casa

Al día siguiente no teníamos nada preparado y debo decir – al menos por ahora – que si no tienes nada organizado este país no parece estar muy preparado para hacerte las cosas fáciles, o lo que es lo mismo, no hay muchas otras opciones. Pero por “fortuna”, así se llama este lugar, íbamos a tener suerte.

Suerte de ver dos de las especies de serpientes más venenosas y fatales de este país y del mundo, la serpiente de coral y la víbora de terciopelo…

La primera nos esperaba “muerta” a menos de 4 metros de nuestro apartamento, y la segunda la veríamos menos de un kilómetro después en nuestra caminata. Por desgracia también estaba muerta pero aprovechamos esta característica para verlas más de cerca y reconocer que debíamos “andar” con mucho cuidado por este país, ya que si te pica uno de estos bichos y no tenías la suerte de llegar a tiempo a un hospital, seguramente estabas tan muerto como estas dos serpientes.

Al ver a la serpiente de coral recordé alguno de los documentales de Frank de la Jungla. Me encantan este tipo de documentales y recordaba cómo en uno indicaban las diferencias entre la coral y la falsa coral, así que me puse a investigar si esta coral era real o falsa…

La serpiente de coral "real"

Según internet, si la cabeza era negra y amarilla y la cola también, era bastante seguro que fuese una coral verdadera. Aparte de eso, si el lomo en lugar de ser blanco seguía teniendo los anillos de colores, era otro indicador de ser una coral verdadera…

Al estar muerta podíamos mover a la serpiente a nuestro antojo, y mientras hacía un vídeo para mis sobrinos preguntándoles si creían era falsa o verdadera, un señor local nos indicó que era una coral verdadera, uno de los animales más mortíferos del mundo, y que la manera más fácil de identificarlo era utilizar la palabra RANA y observar a la serpiente…

RANA quería decir Rojo Amarillo Negro Amarillo, y si la serpiente tenía esta consecución de colores, la coral era verdadera, así que ya no había lugar a dudas, aquella coral, muerta a pocos metros de nuestro apartamento, era una coral verdadera, no falsa, y ya solo esperábamos no tener que encontrarnos una parecida en nuestro apartamento…

Víbora de terciopelo

La otra serpiente que habíamos visto, la víbora de terciopelo, tampoco era ninguna broma, ya que -aunque tal vez menos venenosa que la coral- era la más mortífera de costa rica debido a su gran número y ferocidad. Por fortuna no podían hacernos daño así que intentamos observarlas más de cerca y disfrutar de un día diferente en este paraíso de flora y fauna que seguramente aún tenía muchísimas cosas por ofrecernos…

 

Nuestra próxima parada sería el pacífico Tico, un lugar llamado Jacó con un paisaje – al parecer- espectacular.