Días antes de comenzar nuestra ruta por la magia de Costa Rica habíamos hecho los deberes y estudiado algunas de las experiencias más auténticas y únicas que podíamos realizar. Así descubriríamos el río Tárcoles, uno de los ríos con más densidad de cocodrilos del mundo.

En nuestros viajes por el mundo una cosa que intentamos que no falten son las excursiones, y si de paso podemos conocer la fauna local mucho mejor, y que mejor animal que descubrir que el cocodrilo…

Antes de llegar a Jaco Vicky observó desde la ventana del autobús que atravesábamos Tárcoles, un poblado cercano a Jacó. Menos mal que lo vió ya que era una de nuestras paradas pendientes, y sin querer yo parecía haberme equivocado al estudiar el lugar, ya que creía estaría cerca de Manuel Antonio, cuando no era así. Sabiendo esto decidimos que uno de los tours que teníamos que hacer sería este, costase lo que costase realizarlo.

Investigamos por la red y también preguntamos en todas las oficinas de excursiones de Jacó, y así descubrimos que la mejor excursión al mejor precio nos saldría 35 dólares en lugar de 50 o más, pero para conseguir este descuento nos comentaron que debíamos ser nosotros quienes nos trasladásemos a Tárcoles, un pequeño pueblo a unos 30 km de Jacó.

El transporte en este país no está para tirar cohetes, pero por fortuna parecía que había un autobús que realizaba este recorrido cada hora, así que habiendo decidido realizar el tour a las 4 pm para ver el atardecer, a eso de las 2 pm nos acercamos hacia allí.

Dinero y móviles en mano media hora más tarde llegamos a este pequeño poblado, un lugar bastante auténtico ya que el pueblo estaba situado en medio de la jungla, atravesaba dos ríos y terminaba por dar al mar. Aparte de ello no había grandes edificaciones ni sitios turísticos, todo muy rural y auténtico, una cosa que nos encantó, aunque pronto supimos por los locales, que Tárcoles de noche podía llegar a ser peligroso – y no por los cocodrilos, sino por el ser humano-.

Playa Tárcoles

Mientras caminábamos por el poblado, nos llamó la atención ver cómo algunos niños -y otros no tanto- se bañaban en uno de sus ríos. Pensábamos que ese río era el famoso río Tárcoles con más cocodrilos que sardinas, pero más tarde nos contaron que este era el Tarcolito, un pequeño río que no contenía cocodrilos debido a que la temperatura de sus aguas era algo más fría que el Tárcoles. Como pronto aprenderíamos, los cocodrilos eran demasiado cómodos, tanto para la temperatura del agua como para la caza y otros menesteres…

Minutos más tarde llegábamos a Cocodrile Man Tour The Original, las oficinas donde habíamos hecho la reserva para el tour. Allí conocimos a Diego, uno de los gerentes y la persona que nos acercaría al tour en coche, ya que el muelle del río Tárcoles estaba a unos pocos kilómetros de allí.

Mientras esperábamos nos explicó las diferencias entre el Tárcoles y el Tarcólito, y también nos indicó que si nos apetecía podíamos dar una vuelta a la playa cercana antes de comenzar, y así hicimos, no sin antes preguntar si en la playa podía haber también cocodrilos. Nos comentó que si, que podíamos encontrarlos en esas aguas y que fuésemos con cuidado, aunque también nos comentó que al ser estos cocodrilos de agua dulce, si están en el mar lo hacen de paso, y al ser tremendamente territoriales y reconocer en el mar un espacio tan grande del que no puedes apropiarte, era un terreno en el que raramente atacaban a nadie. 

 

Antes de visitar la playa con cuidado aproveché para hacerle más preguntas, y así entendimos que los cocodrilos solían atacar más cuando entrabas en su terreno o había crías cerca, pero raramente lo hacían en el mar o tras la época de reproducción, ya que tras tanto amor y desenfreno se quedaban tan exhaustos que pasaban meses atontados y casi sin moverse.

La playa estaba desierta y contenía dos carteles donde se indicaba que era un lugar en el que podríamos encontrarnos cocodrilos en su hábitat natural, que por favor no se les diese comida y se tuviese cuidado al caminar. Por si acaso únicamente mojé mis pies en el agua y tuvimos excesivo cuidado de pisar o acercarnos a ninguno, aunque Diego nos había dicho que no solían pasear por la playa antes de caer la noche…

Poco más tarde Diego nos acercaba al tour. Como no podía ser de otra manera aproveché para preguntarle la historia que había conocido en internet sobre un hombre Nicaraguense que borracho se había tirado al río y había muerto despedazado por los cocodrilos. No sabía si era un bulo así que ni corto ni perezoso le pregunté si sabía la historia. Lo que me dijo a continuación nos dejó sin palabras…

La historia no solo era cierta sino que Diego fue una de las personas a las que se solicitó el rescate cuando aún no se sabía la suerte de este hombre. Cuando llegó y llegaron los demás rescatadores solo encontraron manos, piernas, torso y cabeza en las bocas de diferentes cocodrilos. Se estaban dando un festín ya que -literalmente- esta persona les había caído del cielo, más bien del famoso puente sobre el río Tárcoles, puente desde el que había saltado y más tarde perdería la vida.

Poco más tarde comenzó el tour. 

Vicky y yo navegábamos junto con otras 10 o 20 personas en una barca turística sin saber lo que podríamos esperar. Nos acompañaba un equipo de televisión de un programa sobre viajes y comida llamado Tour y Sabor Costa Rica. Iban a grabar la experiencia y hablar de ello con Diego, pero sabiendo como es la vida si lo buscas y conociendo cuanto le gustaría a Vicky saber más sobre el programa o incluso aparecer en la tele le comenté a Vicky que seguramente acabarían haciéndole una entrevista. Ella es mi influencer y todo apuntaba a ello, así que ¿Porqué no? Más tarde veríamos…

Apenas habían pasado dos minutos cuando el guía del tour nos indicó que observásemos a Madonna, el primer cocodrilo hembra que encontramos por el camino. Ese era el nombre que le había puesto a un enorme cocodrilo que nos miraba sorprendido a 10 centímetros de nuestra barca. Era realmente fantástico y alucinante poder acercarse tanto a este enorme animal – podría tener fácilmente 5 metros- y fotografiarlo. 

Pegados al cocodrilo…

Tras sacar unas cuantes fotos y vídeos el tour continuo, y así aprendimos muchas cosas gracias a nuestro guía, un chaval majísimo y graciosísimo del que no recuerdo el nombre, que nos hizo aprender muchísimo sobre los distintos cocodrilos que vimos por el camino y algunas de las preciosas avees que compartían territorio con estos enormes reptiles prehistóricos.

Entre todo ello aprendimos:

  • Que los cocodrilos muestran su dentadura mientras que los aligator o caimanes no.
  • Que los cocodrilos son excesivamente oportunistas y solo comen si es fácil la caza y deben moverse poco – o lo que es lo mismo gastar poca energía-. Así nos comentó que cualquier cosa que cae al agua suele ser su alimento, ya fuese un animal, un objeto, o un humano como en el triste caso del hombre nicaraguense.
  • Que un cocodrilo joven y no demasiado pesado puede correr más que una persona en tierra seca aunque no sea su terreno, y por ello lo mejor es correr en zig zag si tienes que escapar de uno de ellos. Si es uno grande y gordo tal vez no haga falta correr tanto.
  • Que los cocodrilos que acaban en el mar lo suelen hacer bien porque van a curarse las heridas de peleas que hayan podido tener con otros cocodrilos, o bien porque son expulsados por otros machos dominantes en la época de apareamiento.
  • La noche suele ser el momento en el que cazan y están más activos, por lo que es muy desaconsejable pasear por estos lugares de noche.

Aparte de todo ello vimos muchos pájaros, entre ellos Guacamayos de preciosos colores a los que los ticos llaman Lapas. Pronto me haría una teoría sobre el mote de lapas ya que me comentaron que los guacamayos son monógamos, suelen vivir en pareja, y cuando uno de los dos muere se quedan viudos por el resto de su vida…tal vez de ahí lo de lapa, por lo de pegados como una lapa…

Yo y Vicky con un enorme cocodrilo a pocos centímetros…

También observamos pelicanos, águilas cangrejeras, fragatas garzas, golondrinas e incluso algún que otro precioso y colorido martin pescador. Me llamaron la atención los comentarios sobre las fragatas. Se les conocía como los piratas del aire ya que según nuestro guía, las fragatas robaban la comida a cualquier otro ave mientras volaban, luchando contra ellas en el aire para robar sus tesoros. También nos dijeron que estas fragatas eran capaces de dormir en el aire mientras planeaban gracias a la enorme envergadura de sus alas.

Como colofón al tour recorrimos los manglares para ver el atardecer, y así mientras la brisa de la barca y las vistas nos hacían sentir la vida y la fortuna de estar allí y ahora, el tour llegaba a su fin y nos acercábamos al muelle.

Para finalizar un precioso atardecer desde el río infestado de cocodrilos…

Pero no había terminado nuestro fantástico día, ya que pocos minutos después y ya en tierra, mientras tomábamos un café aproveché para entablar conversación con los reporteros de “Tour y Sabor” comentándoles tanto Vicky como yo que nuestra ruta seguía y lo haría durante varios meses tanto en Costa Rica como en Europa…

Nuestra realidad llamó la atención del equipo y aprovecharon para entrevistarnos. Un final extraordinario para un día extraordinario. Pronto apareceremos en un nuevo episodio de “Tour y sabor”, un programa muy parecido a callejeros viajeros pero más llamativo incluso, ya que aparte de conocer los lugares más increíbles de un país tan increíble como es este, acompañan las imágenes con sabores del lugar que hacen de su programa algo realmente único y digno de disfrutar. Vicky y yo aprovecharemos estos días para ver algunos de sus programas y saber más sobre la cultura, lugares y comida de Costa Rica, y quién sabe si pronto volveremos a verlos…