Dejábamos Hanoi para acercarnos a uno de los lugares que más interés teníamos por conocer, la bahía de Halong, una de las siete maravillas del mundo. Buscamos en la web el modo de realizar una excursión en barco y así descubrimos una preciosa isla llamada Catba, en pleno corazón de la bahía.

Decidimos quedarnos allí 3 noches y utilizar uno de los días intermedios para realizar una de nuestras más importantes excursiones en este viaje.

Por desgracia llegábamos a inicios de maro y el tiempo no nos acompañaba. La niebla y las nubes nos harían complicado disfrutar de toda esta maravilla en todo su esplendor pero no nos desanimamos.

Al llegar a Catba nos acercamos a la zona hotelera, en la punta sur de la isla. En este lugar existe una gran cantidad de hoteles, restaurantes, agencias de viajes y excursiones y todo lo que el turista pueda necesitar. El resto de la isla la forma casi en su totalidad un parque natural y pequeños poblados que, debido al clima y al escaso tiempo que pasaríamos en la isla, dejaríamos de visitar.

Vistas de la bahía de Catba

Desde la zona de la isla en que nos encontrábamos podíamos apreciar una preciosa bahía con infinidad de barcos de pesca vietnamitas, un espectáculo que al atardecer formaba el reclamo principal de la isla de Catba.

Nada más llegar nos dirigimos a buscar la mejor excursión al mejor precio, y así regateando encontramos un bar donde por 300000 dongs a persona (parece mucho dinero pero solo son unos 12 euros), pasaríamos el día en barco visitando la bahía de Halong, parando en la conocida como Monkey Island, comiendo en el barco, realizando una excursión de unas dos horas en kayak y visitando un pueblo flotante para terminar la jornada.

Pronto comenzaría la excursión por la bahía de Halong

Y eso haríamos al día siguiente, despertar pronto por la mañana para comenzar la visita a la bahía de Halong.

Poco más tarde de las 9 de la mañana una veintena de personas subíamos al barco que nos metería de lleno en una de las 7 maravillas del mundo.

La primera parada la realizamos en la Monkey Island, una isla repleta de monos en las que existía un pequeño trekking con una subida bastante escarpada (y algo peligrosa) a uno de los picos de la misma, al que conseguimos subir sin sufrir daños y realizar alguna que otro foto del lugar.

Vistas de la Monkey Island

Tras eso nos encaminamos al corazón de la bahía de Halong, disfrutando de los inmensos peñascos y rocas que los vietnamitas han considerado dragones caídos del cielo por sus formas. Las vistas eran fantásticas, pero sabíamos que de haber tenido mejor tiempo (no disfrutamos del sol en todo el trayecto), la maravilla habría sido mucho mayor…

Impresionantes peñascos caídos del cielo

 

Disfrutamos de la bahía y sacamos muchas fotos, hasta que poco más de las dos de la tarde el barco atraco y paramos para comer. Un magnifico menú 100% vietnamita en el que no faltó el arroz, los rollitos vietnamitas, almejas, tofú, pescado e incluso patatas.

Ya comidos llegaba la actividad principal de toda la excursión, disfrutar del kayak en solitario sorteando los inmensos peñones en forma de dragón y discurriendo preciosas cuevas que la geografía había formado. Una experiencia maravillosa.

La experiencia del kayak sería fantástica

Intentamos gozar de la experiencia al máximo y así lo hicimos, poco después el barco volvía a Catba discurriendo entre preciosos pueblos flotantes en la bahía de Halong.

La excursión nos había encantado y era bastante completa, lástima la falta del sol que habría iluminado y coloreado la fantástica bahía que ya dejábamos atrás.

El último día decidimos caminar por la zona sur de la isla descubriendo fantásticas playas y preciosos acantilados, estudiando con detalle nuestro siguiente destino, Nin Binh, la conocida como bahía de Halong terrestre ya que la geografía era muy parecida aunque no existía el mar. Solo esperábamos que esta vez sí, el tiempo nos pudiese acompañar.

El bonito paseo de la isla de Catba