Teniendo en cuenta que el 24 de Febrero partiríamos hacia Vietnam desde Bangkok, y con ello que aún nos quedaban más de 8 días hasta la fecha, decidimos estudiar los rincones en los que disfrutar más de Tailandia.

Así escogimos nuevamente Ayutthaya (nuestro preferido), donde disfrutamos de dos días geniales pedaleando entre templos y ruinas milenarias, para más tarde acercarnos a un lugar de nombre extraño y desconocido, Kanchanaburi.

El tren sobre el rio Kwai

Kanchanaburi es uno de los rincones más bonitos y visitados de Tailandia, tanto por su historia como por la cantidad de verde y naturaleza salvaje que lo engloba.

El lugar es tristemente conocido por haber sido el elegido durante la II guerra mundial por los japoneses, para crear una vía ferroviaria que conectase Tailandia con Birmania y así poder abastecerse. Y la tristeza viene por el modo en que esta fue construida, como tenían prisa, los japoneses decidieron utilizar cientos de miles de personas trabajando más de 16 horas al día en las peores condiciones imaginables, una esclavitud y tortura que se llevó la vida de más de 100 mil personas.

El cementerio de los aliados

El tren de la muerte

En la ciudad pudimos observar muchas de las lápidas que corroboran esta historia en el cementerio dirigido a los aliados. También descubrimos el reconocido como “Tren de la muerte” que era el utilizado para realizar la conexión Tailandia – Birmania, y más tarde el lugar más preciado y bonito de todos, el famoso puente sobre el rio Kway, el mismo que puso nombre a una famosa película.

Poco más tenía Kanchanaburi por ofrecer, ya que el resto del poblado estaba lleno de bares y ambiente turístico, pero estudiándolo pronto descubrimos dos parques naturales cercanos con infinitas y preciosas realidades.

Se llamaban Sai Yok y Erawan, y ambos contenían cascadas, cuevas y mucha jungla, así que estudiamos las posibilidades de cada uno y nos decidimos por el de Erawan, seguramente el más concurrido de todos, ya que en su interior podías disfrutar de hasta 7 maravillosas cascadas mientras realizabas una excursión entre la jungla.

Disfrutamos de la excursión por 300 baths cada uno, y nos encantó la experiencia. El camino era bastante sencillo hasta la cascada 5, pero desde allí se hacía un poco más escarpado, aunque para nada peligroso ni complicado.

Cascadas espectaculares en el parque de Erawan

Las cascadas de Erawan

Un varano en el parque

Un monje fotografiando las cascadas

Mientras recorríamos las cascadas, aprovechamos para bañarnos en algunas de ellas y refrescar nuestros cuerpos tras varias horas de caminata. Y sería desde alguna de aquellas rocas donde estudiaríamos y decidiríamos cuál sería nuestra siguiente parada antes de llegar a Bangkok…

Buscábamos algo de playa a poder ser lejos de las masas de turistas y así surgiría un nombre, Hua Hin, un lugar desconocido para nosotros pero bastante preciado para los tailandeses. Al día siguiente, hacia allí nos dirigíamos.