Ngwe Saung Beach, la playa salvaje de Birmania

Lo mejor de un viaje desorganizado llega cuando tras alguna dificultad y muchos imprevistos, disfrutas de cosas que dificilmente habrían llegado a suceder (o al menos no del mismo modo), así ocurrió cuando llegó el dia en que sabiamos que dejabamos Tailandia aún con los estómagos algo tocados rumbo a lo desconocido, camino a Birmania.

Habiamos hecho los deberes y sabiamos cuál era el lugar terrestre por el que poder cruzar la frontera, el pueblo se llamaba Mae Sot.

Para llegar a Mae Sot desde Sukhothai debiamos primero coger una furgoneta hasta Tak (un pueblo intermedio) y desde allí coger otra hasta el pueblo fronterizo. Salimos sobre las 11 de la mañana desde la estación de Sukhothai para entre viajes y esperas llegar a Mae Sot sobre las 15 hora local (habiamos arañado 30 minutos al horario de Tailandia).

Al llegar a la estación de Mae Sot preguntamos a los locales sobre como cruzar la frontera, nos comentarón que debíamos acercarnos al puente fronterizo con un servicio de moto-taxi, 8km despúes llegabamos a la frontera donde debiamos primero rellenar un documento de salida de Tailandia y después otro de entrada en Birmania, algunos sellos después cruzabamos la frontera y todo empezaba a cambiar…

Atravesando la frontera

Atravesando la frontera

El pueblo de Mae Sot se dividía en dos partes separadas por un río, la parte Tailandesa limpia y ordenada y la parte Birmana mucho más pobre y asalvajada, era como volver a la india pero con caras más achinadas y, como pasaba siempre en la India, la aventura no podía faltar…

Mae Sot era un lugar complicado y más teniendo en cuenta que no estabamos recuperados del todo así que pocos minutos nos bastarón para comprender que debíamos seguir moviéndonos y fuímos en busca de autobuses a la ciudad grande más cercana,la antigua capital de Birmania, Yangón.

Hablar a lo indio, es decir usar palabras sueltas es siempre suficiente para moverse por cualquier lugar del mundo, monosílabos acompañados de algún que otro gesto y todo el mundo te entiende,. En Birmania, al contrario que en la India, casi nadie hablaba inglés así que tuvimos que recurrir a los gestos para pocos minutos después estar comprando unos billetes de autobus al mejor precio a la vez que la mujer que nos ayudaba en las gestiones nos pidió algo de dinero para…¡hacer unas 20 copias de cada uno de nuestros pasaportes!

No entendiamos nada pero la mujer reía, yo pensé estabamos dentro de alguna especie de timo pero la bondad de los Birmanos se palpaba en el aire, también en este sentido Birmania e India compartían muchísimas cosas, tocaba fiarse.

Se acercaba la hora y algún gesto de la mujer nos indicaba que un señor nos acompañaría a la estación, para ello se acercó esta persona en una especie de minicamión frigorifico sin techo para decirnos que nos montasemos dentro (del vagón frigorifico sin techo). Sonriendo y medio flipando allí nos montamos mientras de camino veíamos como toda persona del poblado que nos veía reía también con y de nosotros, parecíamos de circo…

En el camión frigorifero con pasaportes en mano

En el camión frigorifero con pasaportes en mano

Pocos minutos después con las 20 copias de pasaportes en mano, nos acercamos a la estación de autobuses donde el señor pagó con nuestro dinero los billetes a la vez que daba nuestras fotocopias al controlador de la estación.

En ese momento Vicky me indicó que seguramente las fotocopias sirviesen para darsélas a las autoridades mientras viajabamos en autobus y así fue, durante todo el viaje cada pocos kilómetros controles policiales nos hacían parar, el chófer enseñaba los documentos a los policias quienes más tarde pasaban a saludarnos y preguntarnos si todo iba bien. Algo muy estraño y más sintiendo la poca malicia de la gente del lugar, ya minutos antes nos habíamos quedado flipados cuando en la parte Birmana de Mae Sot un extraño himno sonó por la megafonía del poblado y todo el mundo (nosotros incluidos porqué asi nos lo indicarón) se quedarón petrificados con la mano en el pecho.

Días már tarde Wikipedia me ayudó a comprender que en Birmania existe una especie de dictadura en la sombra, sobre el papel se hacen considerar democracia pero su historia hace ver que de democracia poca o ninguna.

La distancia entre Mae Sot y Yangón era de unos 200km pero entre controles, carreteras sin asfaltar y que el autobús se averió durante más de una hora, llegaríamos a Yangón a las 5 de la mañana del día siguiente.

Bus a Yangón

Bus a Yangón

A esas horas era complicado razonar pero, durante el viaje había comentado a Vicky que si era posible la mejor opción podía ser coger el primer bus de Yangón destino a una playa de nombre impronunciable de la que tanto mi hermano como gente que había conocido durante el viaje me habiá hablado genial: Ngwe Saung Beach.

Llegados a Yangón las pocas neuronas que seguían funcionandome estaban dirigidas a conocer el modo de llegar hasta allí. Mientras Vicky cogía las maletas pregunté a un taxista por esta playa a lo que me comentó era posible llegar, los buses salian de otra estación diferente y había uno a las 6:30, el podía acercarme hasta allí y, cansados y sin demasiadas ganas de regatear, hacía allí nos dirigimos.

Desayunamos en la estación y fuimos a visitar los baños, como imaginaba, Birmania y la India tenían el mismo alma tanto para lo bueno como para lo malo…

Seis horas y media más nos separaban de nuestro destino, esperando que nuestros estómagos no nos fallasen y ansiando aún más el merecido reposo nos aventuramos habia la playa. Estábamos valdados por lo que gran parte del trayecto lo pasamos durmiendo, los pocos momentos en que abriamos los ojos nos bastaban para entender que Birmania era un lugar tremendamente salvaje, todo era selva, cabañas y animales, nos encantaba y en breve, lo haría aún más.

varada

Sobre la 13 llegamos a Ngwe Saung Beach, al bajar del autobús varios chavales del lugar nos preguntaban si teníamos hotel reservado (igual que sucedía en muchos lugares turísticos de la india), como no era así y buscabamos cabañas pregunté por ello a lo que me dijo que tendría suerte, un resort en plena playa ofrecia diferentes soluciones entre las cuales cabañas y lo más importante, ¡se podía regatear!

Ngwe Saung Beach

Ngwe Saung Beach

La playa

La playa

choza chozasresort

Conseguí rebajar el precio inicial de casi 10 dolares hasta los 28 doláres diarios y, aunque bastante caro si lo comparabamos con la india o la cercana Tailandia, me había informado un poco sobre los precios de hostales en el país y se comentaba que Birmania era el peor destino en cuanto a la calidad-precio de las habitaciones. No se podía bajar más y necesitabamos algo de paz asi que encantados con la que sería nuestra nueva morada decidimos parar un mínimo de 5 días aqui.

Playa, relax, muchos paseos y bastantes birras (¡ya se echaban de menos!) nos hacían disfrutar de los muchos kilómetros de playa de un lugar totalmente salvaje en el que el poco turismo (casi todo local) ayudaba a integrarse en el lugar y recuperar energías.

El primer día observaríamos en vivo y en directo como unos chavales “cocoteros” escalaban altísimas palmeras en busca de cocos acompañados de un machete y una cuerda como único instrumento. Parte de la playa (en ocasiones) venái usada a modo de carretera, podías ver allí bicicletas, motos e incluso algún quad, también un buen número de mujeres bandeja de marisco recién cocinado en la cabeza se te acercaban ofreciendote irresistibles calamares, gambones o cangrejos.

Niños vendiendo sombreros

Niños vendiendo sombreros

Más pescadores

Más pescadores

Flotadores

Flotadores

Luna llena

Luna llena

Vende cocos

Vende cocos

pescadores

Vendedoras de marisco

Vendedoras de marisco

Aprovechamos para tomar el sol, hidratarnos lo mejor posible con zumos hechos al momento y coger fuerzas gracias a una comida sin igual, en lo que llevo de viaje (algo más de un mes) puedo asegurar que a mi gusto Ngwe Saung Beach es el lugar donde mejor he comido y, seguramente, uno de los lugares con mejor marisco del mundo.

Dos días los aprovechamos para recorrer gran parte de los encantos del lugar en bicicleta y otro más me atreví (jamás lo había hecho antes) a alquilar y conducir una moto de marchas dándome cuenta una vez más que los límites están solo en nuestras cabezas, no sólo supe conducir la moto sin ningún problema sino que llevé en todo momento a Vicky de paquete y me adentré por caminos de cabras impracticables intentando encontrar lugares alucinantes como un campamento de elefantes o alguna que otra playa perdida.

Paseo en moto

Paseo en moto

Yo en moto

Yo en moto

Elefantes por la selva

Elefantes por la selva

Nuestra cabaña

Nuestra cabaña

Cabaña de noche

Cabaña de noche

Bicicletas

Bicicletas

Pescadores

Pescadores

Caballos por la playa

Caballos por la playa

Paseos en Bici por la playa

Paseos en Bici por la playa

Durante estos días intentamos acercanos más a la cultura Birmana saboreando el vino del lugar, pero su precio, 14000 kyats (1 euro son 1400 kyats) nos hizo dar prioridad a un ron de Mandalay (también Birmano) bastantes más económico, 2000 kyats. Disfrrutamos de aquel ron, Vicky aseguraba que no subía nada hasta que le tocó pasar alguna que otra vez por el baño y al día siguiente debimos sufrir la casi olvidada resaca.

Ahora salimos en busca de una buena cena, aquí disfrutas de marisco sin igual pero, será por el dicho de siempre quieres lo que no tienes, tengo unas ganas locas de comerme una pizza o un buen bocata de lomo con queso.

Mañana toca despedirse sabiendo que, si un día vuelvo a Birmania, volveré a esta playa, pocos lugares me han transmitido tanto en tan poco tiempo y por lo que he visto y he estado investigando Ngwe Saung es “la playa” salvaje de Birmania.

Nuestro próximo “importante” destino será Bagan, seguramente uno de los lugares más alucinantes que veré nunca, ahora toca ver como llegaremos hasta allí ya que los escasos 400 km que nos separan de allí en terminos de transporte Birmanos sabemos nos llevaría más de un día, hemos pensado diferentes opciones para llegar, entre ellas una seria parar en la capital Nadipyo, la otra, bastante más acojonante, pasar por la isla de Ramree, una isla infestada de cocodrilos, un lugar tristemente conocido por la masacre en que centenares de cocodrilos acabaron con la vida de casi 1000 japoneses en la segunda guerra mundial, una de las “reconocidas” 5 islas más peligrosas del mundo.

Si te ha gustado el post, tal vez pueda interesarte conocer de primera mano el viaje que reflejé en mis diarios en Aventuras en el Sudeste Asiático y la India.