Realizar los sueños no es compito de la psicología

En las fabulas realizar un sueño es algo propio de hadas o brujas, pero, en la realidad de todos los días ninguno nos enseña cómo descubrir nuestros sueños y como hacer para conseguirlos. Aún con todo, también en la psicología se habla más de los sueños nocturnos que de aquellos existenciales, esta vez queremos probar a afrontar este tema tan importante. ¿Como se puede pensar cómo ayudar a las personas en las dificultades de la ida si no comprendemos además de las necesidades, cuales son las expectativas, los deseos, los proyectos, y, porque no, los sueños más fantásticos que las personas querrían realizar?

 

Para realizar un sueño lo primero es la necesidad de encontrarlo

Puede parecer una banalidad, pero os aseguro que nada más lejos de la realidad. Sobre todo es importante comentar que realizar un sueño (que sea realmente tal), es una apuesta muy complicada y difícil; pero, por más que sea difícil, es posible conseguirlo. Si preguntáis a la gente cuales son los sueños que muchos querrían realizar, muy fácilmente recibiréis respuestas del tipo: “un descapotable rojo”, “una villa en las maldivas”, “un viaje a las Seychelles”, y respuestas de ese estilo.

No es que estos no puedan ser sueños legítimos, pero, normalmente son únicamente mitos, deseos del hombre moderno.

Un sueño auténtico

Un sueño auténtico tiene que ver con uno mismo, nosotros mismos y no cosas u objetos, está escrito en caracteres indelebles en el ADN de nuestra alma y no tendremos paz hasta que, en nuestra ida, lo habremos conseguido.

Un sueño auténtico es un diseño que conseguimos hacer sólo en determinados, extraños momentos: es un puzle que nos viene desvelado por partes, trozo a trozo. Y, sólo quien tiene fe en su propio sueño, tiene la posibilidad de verlo un día realizado. Entonces, para realizar un sueño, lo primero es encontrarlo, y, para encontrarlo, es necesario saber escuchar.

Escuchar las señales que vienen desde fuera y que nos indican, poco a poco, el camino, pero, sobre todo, es necesario saber escuchar el propio corazón.

 

Son muchos los modos de escuchar tu propio corazón

Hay quien hace meditación, quien lee un libro, quien aún hoy da paseos invernales en la playa, quien observa el cielo por la noche, quien escucha una canción o piensa en un amor lejano. Cada uno elige el método que congenia mejor consigo mismo; pero todos observan, y buscan la misma cosa. Nuestro propio corazón, lentamente nos mostrará parte del diseño que tiene reserado para nosotros, el porqué por el que hemos nacidos y vivimos en esta tierra.

No existen corazónes mudos

Cada persona recibe cotidianamente mensajes y estimulos de su propio corazón, para reconocer y realizar su propio sueño. Es cosa nuestra elegir si escucharlos o no, si seguir las señales de nuestro corazón, o escuchar las obsesivas necesidades de la mente. Por desgracia a veces sucede que a fuerza de no querer escuchar el propio corazón, la vida nos meta de frente a situaciones difíciles y dolorosas. De este modo muchas veces, de frente a la tragedia y situaciones difíciles, las personas descubran valores profundos, comprendiendo por un  momento el significado de la vida y el don que esta representa, la ocasión que tenemos y que no debemos dejar escapar. Ningún sentido de culpa es más terrible de aquel de no haber hecho de la propia vida una auténtica obra de arte.

La vida nos mete de frente a caminos diferentes

A veces se trata de caminos tortuosos y difíciles, por esta razón uno de los elementos esenciales es la fe en uno mismo.

Muchos de nosotros son perseguidos de los sentimientos de culpa y de la convicción de no merecer nada más de aquello que tienen.

Yo creo que cada uno de nosotros merezca una vida serena, la felicidad y la abundancia. Muchas veces sin embargo los sentimientos de culpa nos impiden aprovechar aquella ocasión que la vida nos pone de frente y que pueden ayudarnos dándonos grandes saltos de calidad. Naturalmente ninguno sabe anticipadamente cual será el éxito de una determinada elección. Y es por esto que se necesita escuchar el propio corazóny tener mucha fe en uno mismo. Estos dos elementos, juntos, forman la espina dorsal, la estructura que da lugar a un sueño realizado.

A estos ingredientes hay que sumar valores humanos auténticos

Capacidad de disfrutar y regocijarse, gratitud por los dones que hemos recibido, autodisciplina (también abundante), capacidad de perdonar los propios errores y aquellos de los demás y, una pizca de suerte…

No mezclar, sino poner en orden la propia vida.

A este punto, si el sueño no se ha realizado aún, recomenzar del inicio: esta vez con amor!

Articulo de Giampietro Ciappina www.solaris.it