Duro sería el camino. Despertar a las 3:30 de la mañana para coger uno de los taxis que la fundación Vicente Ferrer pondría a nuestra disposición (nos ayudaron en todo) para llegar a Bangalore a las 8. A la 13 estaba previsto nuestro vuelo hacia Delhi que finalmente saldría con una hora de retraso. Con todo esto, sobre las 18 aterrizariamos en Delhi para dirigirnos rápidamente a Agra en el tren de las 19:30, el primero que conseguimos.

Sobre las 22 llegamos a Agra donde, sabedores de las prisas y habíendo elegido pasar una única noche en el lugar para dirigirnos rápidamente hacia Varanasi teníamos reservado un hostal. No habíamos comido casi nada en todo el día, casi no habíamos dormido y no nos sentíamos frescos ni de lejos así que priorizamos llegar al hotel para después comer, dormir y si tocaba, nos ducharíamos al día siguiente…

Alrededores del taj mahal. Publicidad hasta en las chabolas

Alrededores del taj mahal. Publicidad en las chabolas

Y eso hicimos…aún estresándonos algo más de la cuenta (o estresándome) por los mosquitos que encontramos en la habitación, el frío, la lejanía del único y caro restaurante que parecía abierto y, sobre todo por los estridentes chirridos de una boda local que los muchos altavoces que se encontraban por la ciudad, más en concreto en la zona de nuestro hotel, nos agraciaban…llegada y jodienda tras jodienda…

Cansados como estabamos conseguimos dormir pero al día siguiente un poco más de lo mismo…mala wifi, agua bastante fría, frio inesperado y lo peor de todo, perder más de 4 horas intentando comprar billetes de tren online para nada…

Sería el primero de los días en que me cagaría un poco en todo. La fealdad y dificultades de la ciudad de Agra me ayudaba en gran medida ya que intentándo encontrar un internet point aproveche para certificar aquello que ya había escuchado: Agra es, sin lugar a dudas, una de las ciudades más feas de la india…

Se había hecho la hora de comer y no habíamos visto nada, sabíamos únicamente la hora en que partía el tren hacia Varanasi (las 20:10) y no teníamos opción, había llegado el momento de ser ágiles…

En el hotel habíamos preguntado por un bonito lugar desde el que observar el taj mahal ya que por precio y hora nos parecía bastante mejor opción que la mítica y concurrida entrada rodeada de turistas en la que seguramente perderíamos mucho más tiempo. El destino se llamaba Mehtab bagh, preguntamos a los locales el precio del tuk tuk y mochilas a la espalda nos dirigimos hacía allí.

De camino al taj mahal

De camino al taj mahal

El lugar y las vistas, alucinantes…

Empieza a apreciarse

Empieza a apreciarse

Tras un día algo estresante llegaba el momento de disfrutar de una de las maravillas de la humanidad, y no era para menos. Jamás en mi vida había visto un edificio tan majestuoso (esa era la palabra) como aquel, lo más parecido a aquello que conocía podía ser el Vaticano en cuanto a belleza y proporciones, pero el Taj Mahal me parecia mucho más grande..

vickycaminandotaj.

Vistas desde Mehtab Bagh

Vistas desde Mehtab Bagh

Encantados por haber sido participes de su gran belleza esperamos a que se hiciera de noche imaginando el poder que las luces darían a aquel lugar, pero no tendríamos suerte, la ciudad de Agra no tenái electricidad suficiente para iluminar aquella maravilla…

¡Impresionante!

¡Impresionante!

Y esta anécdota ayudaría a resumir la particularidad de Agra y gran parte de la India, uno de los rincones más bonitos del mundo pero también uno de los más descuidados…Si pusieran algo de empeño (empezando por el gobierno) gran parte de su población podría disfrutar de una vida cómoda unicamente gracias a sus maravillas, pero, en lugar de eso descuido, suciedad y hambre. Inexplicable aceptar que maravillas como el Taj Mahal no venga iluminado por la noche, más aún aceptar que todo cuanto rodea a aesta maravilla esta totalmente descuidado.

Más organización y menos religión, ójala que el tiempo mejore  y la información mejoren las cosas…

Como no hay luces...tocaba despedirse

Como no hay luces…tocaba despedirse

Tras darle vueltas al tarro y aceptar que la realidad era esta, nos dirigimos a la estación para dejar atrás Agra y dirigirnos hacia la (para mi) ciudad más bontia y enigmática de la India.

Unas 15 horas de litera sleeper nos separaban de la denominada (entre muchas otras cosas) ciudad de los muertos, una de las urbes más antiguas del mundo: Varanasi.

 

Si te ha gustado el post, tal vez pueda interesarte conocer de primera mano el viaje que reflejé en mis diarios en Aventuras en el Sudeste Asiático y la India.